Inició cosiendo ajeno; patentó un sistema de costura

. (Foto: PABLO CAMPOS / EL UNIVERSAL )
Todo inició en los años 40 cuando Josefina Rentería se vio obligada a coser ajeno para sostener a su madre y sacar adelante a sus siete hermanos. Hoy la modista cuenta con 70 años de edad . Desde 1981 creo y patentó un sistema único de alta costura denominado "Yofina", el cual consta de tres libros, reglas y escuadras para trazos especiales, el cual ha sido alabado y utilizado por miles de mujeres en México y otras países. Orgullosamente mexicana, la modista nació en el barrio de Tacubaya; fundó una escuela de corte y confección, la cual está enclavada en la calle de Mártires de Tacubaya 3, a un costado del Viaducto y Puente de La Morena. La labor altruista de la maestra, quien revela que quiso ser periodista, pero la escasez de recursos y el cuidado de sus padres y hermanos no se lo permitieron, es de alabarse. Sacrifica muchos de sus fines de semana para dar clases a un grupo de servidoras domésticas, a quienes por la módica cantidad de 200 pesos mensuales, les enseña a trazar, cortar, coser y confeccionar faldas, blusas, pantalones y vestidos de alta calidad, para que después se independicen y monten sus propios talleres de costura En la vieja casona de Tacubaya, la señora Josefina Rentería montó su escuela-taller de costura. Rodeada por recortes de periódicos, principalmente de EL UNIVERSAL, en los que se resalta su obra, narra anécdotas de su trayectoria en el arte de enseñar a producir ropa de alta calidad. Recuerda que "los domingos me iba a presenciar el desfile de modas de toda la élite de San Pedro de los Pinos, cuando las señoras salían de misa y ese día lucían sus mejores galas elaboradas por una servidora, que le pedían no les diseñara modelos iguales a los de sus amigas". También señala que entre las damas distinguidas que le mandaron confeccionar ropa se encontraba la esposa del entonces gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. Felizmente casada con el señor José Luis Martínez, la maestra Rentería recuerda que no quiso procrear hijos. En primer lugar porque "me casé ya grande y para eso se necesita juventud", en segundo, porque el morir su padre se quedó a cargo de sus tres "viejecitas" -mamá, abuelita y una tía-- y, en tercero, porque se dedicó a cuidar a sus sobrinos, todo esto respaldada por su pareja. Con los ojos brillantes por la emoción rememora que en una ocasión su casa estaba hipotecada y no tenía dinero para editar su segundo libro, entonces su marido vendió su condominio para pagar el texto --450 mil viejos pesos--. Agrega que en un desfile de modas hizo un reconocimiento a su cónyuge por su apoyo moral, económico y físico, pero él modestamente se quedó "escondido" en su lugar y después la felicitó y le dijo: "Los aplausos los mereces tú no yo, tú eres la que tiene que brillar". Hoy la maestra Rentería trabaja en un programa de televisión por cable con Evelyn Lapuente, pero su pasión es enseñar el arte del corte y la confección a mujeres de todas las clases sociales para que se ayuden ante la crisis económica que padecemos.





