Se formó en PGR "grupo Carrola"
Aún cuando Jesús Ignacio Carrola estuvo una semana al frente de la Policía Judicial capitalina heredó una estructura policiaca, integrada por allegados y hombres de su confianza, quienes ocuparon puestos importantes en la pasada administración de la Procuraduría capitalina y "tuvieron el control de la corporación". Los miembros de este grupo mantenían relación e incluso trascendió que horas antes de su ejecución, el comandante Guillermo Murrieta López se reunió con Jesús Ignacio Carrola, por lo que una línea de investigación vincula ya a ambos crímenes. Además de Murrieta López, el "Grupo Carrola" estaba conformado por Juan Marcos Báez, Héctor López Magaña, Ricardo McGregor Mestre, Arturo Salcedo y Eduardo Linares Rosas, además de Jesús Leyva y Rogelio Cadena López, quienes aún trabajan en la PGJDF. El factor común que los unía fue que se conocieron y trabajaron en la Procuraduría General de la República (PGR). Cuando Carrola Gutiérrez fue nombrado jefe de la PJ, su grupo llegó con él a la dirección de la corporación. Bajo esta estructura, policías y ex funcionarios de la PGJDF entrevistados por EL UNIVERSAL coincidieron en señalar que, aunque Jesús Ignacio Carrola renunció a su cargo, en realidad "fue el poder detrás del poder" en la Policía Judicial durante la administración de Samuel del Villar. Es así como de acuerdo con fuentes de la Procuraduría capitalina no se descarta que seis de ellos, pues dos de ellos ya han sido ejecutados, sean llamados a comparecer como parte de las investigaciones en torno al asesinato del ex jefe de la PJ y sus hermanos Miguel Ángel y Marco Antonio, acribillados el martes pasado. Es en esa época, fue en Tijuana donde Jesús Ignacio Carrola, entonces jefe operativo de la Policía Judicial Federal, conoció a Juan Marcos Báez, Guillermo Murrieta López, Ricardo McGregor, Arturo Salcedo y Rogelio Cadena Cruz, quienes después de laborar en la plaza de Monterrey llegaron a la PGJDF para ocupar cargos de dirección en la Judicial capitalina. Respecto a Jesús Leyva, actual subdirector técnico administrativo de la PJ, se desconoce dónde fue que conoció a Carrola, aunque fuentes de la PGJDF confirmaron su vínculo. En casos como el de Héctor López Magaña, quien fungió como director de Inspección Interna de la Policía Judicial capitalina en la pasada administración, el nexo resulta evidente, ya que era secretario particular de Coello Trejo, el supuesto protector de los hermanos Carrola. Después de los vínculos en Tijuana, el grupo abarcó otras áreas de la PGR. Por ejemplo, cuando Ricardo McGregor laboró en la dirección operativa de la Policía Judicial Federal junto con Juan Marcos Báez, antes de su reencuentro en la Procuraduría capitalina. Cabe destacar que McGregor ocupó altos cargos en la Policía Judicial capitalina, aún cuando existían recomendaciones de la CNDH en su contra, por presuntas violaciones a los derechos humanos y abusos de autoridad cometidos a lo largo de su carrera policiaca. También a su llegada a la PJ, Carrola nombró como comandante de investigación de Robo de Vehículos a Eduardo Linares Rosas, quien contaba con una orden de aprehensión por secuestro en Jalisco, y quien fue ejecutado en noviembre de 1998 junto con un "madrina", en la colonia Del Valle, a manos de un grupo armado que vestían uniformes de la PGR. La autoría del crimen se adjudicó a grupos dedicados al robo de vehículos, a quienes supuestamente protegía. Cabe destacar que es el robo de vehículos la actividad con la que presuntamente se vinculó a los Carrola, ello sin contar los delitos contra la salud. Detalló que ante la posibilidad de que el asesinato de Murrieta López, ejecutado el sábado en Naucalpan, estuviera vinculado con el triple homicidio, se solicitó ya la colaboración de la Procuraduría mexiquense para coordinar esfuerzos. Aún más, fuentes de la PGJDF indicaron que se han recibido informes de que Murrieta López y Jesús Ignacio Carrola se reunieron horas antes de que el primero de ellos fuera asesinado. Esta línea de investigación conectaría las ejecuciones a un mismo patrón, donde los judiciales y ex funcionarios entrevistados consideran que sólo policías pudieron ejecutar los cuatro crímenes. Coincidieron que los homicidios con elementos como táctica, sorpresa y preparación del escenario, pues lo que se buscaba era no fallar. Además, ello fortalece la hipótesis que indica que los asesinos estaban entrenados para una operación de ese tipo. Confirmó asimismo que las tres víctimas fueron ultimadas con disparos de arma de fuego. Jesús Ignacio Carrola, recibió 6 disparos en la cabeza, cuatro de ellos en la frente y dos más del lado izquierdo de la cara; Miguel Ángel, presentaba tres impactos de bala, dos en medio de los ojos y otro debajo de la cien; mientras que Marco Antonio, fue privado de la vida de dos disparos en la frente. Los tres cadáveres presentaban orificios de salida de las ojivas. En el caso de Jesús Ignacio una de las balas quedó dentro del cráneo. Además se pudo establecer que los Carrola Gutiérrez fueron asesinados en las primeras horas del martes y según estudios toxicológicos no eran adictos a drogas, aunque se les hallaron dos grapas de cocaína envueltas con hojas del directorio telefónico. Por otra parte, la PGJDF trabaja, a partir de las declaraciones ministeriales de diversos testigos, en la elaboración de retratos hablados de al menos tres de las personas que presuntamente secuestraron y asesinaron a los Carrola Gutiérrez. Uno de ellos, cuyo nombre se omite por seguridad, detalló que alrededor las 14:55 horas se percató que dos sujetos armados salieron del edificio ubicado en la calle de Taine 221, colonia Polanco, y llevaban amagado al "comandante Carrola". Los sujetos, a quienes describió el testigo como altos y fornidos, vestían ropa negra tipo overol. Explicó que de manera violenta le dijeron al ex comandante judicial: "súbete, súbete", cuando lo conducían a una camioneta Suburban gris, con vidrios polarizados, estacionada frente al edificio. El testigo narró que se encontraba como a 40 metros de distancia del vehículo y pudo percatarse que otras dos personas, que también eran amagadas con armas de fuego, fueron subidas por la fuerza e incluso no cabían, por lo que el conductor "bajó para empujarlos".
Los orígenes: la PGR
Javier Coello Trejo, ex subprocurador de Lucha Contra el Narcotráfico, fue el impulsor de la carrera de Jesús Ignacio y Miguel Ángel Carrola dentro de la PGR, a cuyo amparo continuaron su trayectoria policiaca, pese a los serios problemas que enfrentaron al verse inmiscuidos en problemas de narcotráfico, abuso de poder y diversos homicidios.
Las investigaciones
A fin de esclarecer las ejecuciones de los hermanos Carrola, la Procuraduría General de la República (PGR) investiga el hecho de que los supuestos sicarios que los secuestraron y ultimaron vestían uniformes de la dependencia. Sin embargo, el procurador capitalino Bernardo Bátiz Vázquez señaló que los homicidas "bien pudieron utilizar un disfraz" para desviar las pesquisas "y actuar con una mayor impunidad".
Confirman ejecución
De acuerdo con José Ramón Fernández Cáceres, director del Servicio Médico Forense (Semefo), el homicidio de los Carrola fue una ejecución, una venganza, en la que no hubo tortura.





