Al grito de ?¡justicia, justicia!?, cientos de personas se reunieron en el panteón de San Miguel Tláhuac, para dar el último adiós a Carlitos, el niño que murió el pasado jueves, atropellado cuando acompañaba a su madre en una marcha del Frente Popular Francisco Villa, en la que demandaban vivienda.

Alrededor de las cuatro de la tarde, el pequeño ataúd, que portaba el cuerpo del niño, salió de su domicilio en Santa Cecilia, rodeado de una muchedumbre que lloraba, rezaba y entonaba canciones.

En punto de las 5 de la tarde, el ruido de los picos y palas propició el grito de ?¡justicia, justicia!? de los asistentes.

Sus hermanas Karen Lizeth y Karla Elena, de 10 y 14 años, respectivamente, lloraban la pérdida de su único hermano varón.

Sus padres, el señor Carlos Zarellano Palmerín y la señora María Marcela Fuentes no aceptaban lo sucedido. Lo que inició como un grito en demanda de vivienda se ahogó con la muerte.

Las enormes coronas de flores depositadas en su tumba fueron el marco para que, de manera espontánea, niños, amigos del occiso, iniciaran una oración.

Por momentos el dolor se hacía a un lado, ante el recuerdo de aquel que arrebató la vida del pequeño, al embestir con su camioneta a los manifestantes de Reforma y Bucareli, la tarde de aquel jueves negro; en ese momento, el dolor daba paso al odio para gritar nuevamente ?¡justicia!?.

Según declaraciones de don Carlos Zarellano, bombero con más de 37 años de servicio, los gastos ocasionados por el sepelio fueron cubiertos, en su totalidad, por la voluntad de los vecinos, familiares y miembros del FPFV.

Marcela Fuentes se incorporó a la agrupación desde hace poco más de tres años, con la ilusión de obtener una vivienda en el predio denominado Tlaxilacalli, adquirido desde hace un año por el Frente y que a la fecha no se puede escriturar por ?cuestiones burocráticas? en el Instituto de Vivienda, y en el que se verían beneficiadas alrededor de 120 familias.

En el trato de la pareja se percibía una molestia. La madre se negaba a responder las preguntas insistentes de los reporteros de los diversos medios de comunicación presentes; mientras que el padre, susurró: ?Yo no supe que se llevaría a mi hijo; no permitiré que lo haga con las otras?, al referirse a sus hijas.

Una estudiantina entonó canciones de despedida e infantiles. El testimonio de Nicolás, amigo del pequeño Carlos, dice: ?Era muy chiquito, pasábamos muchas horas juntas jugando fútbol, mientras que su mamá hacía faena en el Frente?, contaba entre llantos.

Integrantes del Frente Popular Francisco Villa estuvieron presentes, Alejandro López, alias ?El Grandote?, uno de los dirigentes de esta organización, declaró que sólo espera que la Procuraduría General de Justicia capitalina actúe conforme a derecho y no busque ?chivos expiatorios?, en una situación donde ?a todas luces, la policía no actuó?.

Hasta el día de ayer, esperaban la liberación de su compañero, detenido en el Ministerio Público por agredir a Christian Jasso, el joven que arrolló con su camioneta al pequeño Carlos.

Ayer fue liberado Ricardo Rocha Gómez, integrante del FPFV, acusado del delito de lesiones, luego de que pagó 16 mil pesos seis mil de causión y 10 mil por concepto de multa.

?Saldrá por falta de elementos y pruebas, pero se tuvo que pagar 340 salarios mínimos, lo que significa un total de 18 mil pesos?, informaron.

Desde ayer, la familia Zarellano Fuentes percibe más vacío su humilde hogar, en el que los juguetes y ropita recuerdan la muerte de su pequeño hijo.