Lucran con libros colegios privados
Los altos costos de útiles y uniformes escolares, el condicionamiento de cuotas, así como la compra de libros y material extra pusieron en desequilibrio la economía de los padres de familia del Distrito Federal. Aunque en la zona oriente, centro, sur y norte del Distrito Federal la mayoría de los niños de primaria ya recibieron los libros de texto gratuito, las exigencias de los educadores no se limitaron a la solicitud de cuadernos y papelería, sino a libros extras, con lo que los únicos beneficiados resultaron las editoriales y los propietarios de librerías. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) informó que no ha recibido quejas al respecto durante este ciclo escolar, pero de enero a julio se presentaron 706, de las cuales 200 son hacia diferentes centros escolares privados. En 211 casos, el consumidor ha denunciado el condicionamiento para algunos trámites. Los centros escolares con mayor número de quejas son Calmex de México, Inglés Individual, Unitec, Escuela Internacional de Nuevas Profesiones, KOE Mexicana y Colegio Badem Powel. Las denuncias han sido presentadas porque los centros escolares no respetan los servicios que ofertan, niegan la entrega de documentos, realizan cobros indebidos, malos tratos y la venta de útiles y uniformes la condicionan a la misma institución. Lo primordial en ese tipo de institutos son los libros de apoyo a materias como inglés, geografía, historia, método Minjares, literatura universal y religiosa. En un sondeo realizado por EL UNIVERSAL, padres de familia mencionaron que desde primer año se les pidió a sus hijos hasta 26 libros complementarios de las materias antes mencionadas con precios que van desde 50 pesos hasta los textos en inglés que se cobran en dólares por importarlos de Estados Unidos. En este sentido, las editoriales que se beneficiaron fueron: C.A.P., Silver, Burdett, S.M, Escott Foresman, Trillas, Fernández Editores, Santillana, y el Arzobispado de México, además de que en la mayoría de los colegios, sólo pueden adquirirse dentro de sus instalaciones. Además, algunos planteles venden dentro de sus instalaciones cuadernillos de ejercicios ortográficos y libros de religión con un costo de 30 y 80 pesos, respectivamente, como el caso de la escuela Cristóbal Colón. ?¿Acaso estas escuelas o los profesores están coludidas con las editoriales y las super papelerías??, cuestionaron. El enojo de los tutores se incrementó luego de que en diferentes planteles de la Secretaría de Educación Pública se condicionó la inscripción de sus hijos con el pago de una cuota, misma que, debidamente planeado por las autoridades escolares, se deposita en cuentas bancarias. Otra de las inconformidades planteadas por los entrevistados tiene que ver con la compra de los uniformes, la cual también se condiciona y se establece su compra a establecimientos previamente definidos por los directores de las escuelas primarias.
Los más beneficiados
Los únicos que no perdieron con el inicio de clases fueron los propietarios de papelerías, librerías y las casas editoriales. En el caso de las escuelas de educación básica públicas las exigencias de libros extras fueron mínimas, pero no así en las privadas, donde incluso realizan la venta en forma directa.
Gasto exagerado
Los padres de familia expresaron su desacuerdo en cuanto a la adquisición de la ?exagerada? lista de útiles escolares, desde unas tijeras de punta roma, crayolas y colores, hojas blancas, pañuelos desechables, varias libretas de diferentes tamaños y formas que sólo debían adquirirse en una de estas grandes papelerías, si no, eran regresados.





