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Tumbas de famosos, alternativa de turismo

Gabriela Gutiérrez| El Universal
Martes 26 de marzo de 2013
Tumbas de famosos, alternativa de turismo

CAPILLA. A la cripta familiar de Mario Moreno “Cantinflas” acuden visitantes principalmente de Sudamérica, dice uno de los empleados del panteón Español. (Foto: )

Un paseo por la última morada de artistas, cantantes, pintores, ex presidentes y santos no reconocidos

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El Distrito Federal cuenta con varios panteones del siglo XIX y principios del XX de gran riqueza arquitectónica e histórica que aguardan a ser redescubiertos por los visitantes, cada vez más esporádicos. EL UNIVERSAL hizo un recorrido por algunos de ellos: Español, San Fernando y Jardín, y ofrece recomendaciones para conocer y aprender durante esta Semana Santa.

Panteón Español

Fue inaugurado en 1886 por la esposa de Porfirio Díaz, Carmen Romero Rubio. Aquí las criptas familiares pueden superar los cuatro metros de largo; se caracterizan por un remarcado estilo gótico y, en cuanto a tamaño, podrían ser más grandes que varias viviendas capitalinas modernas.

Un paseo entre sus calles, dejándose envolver por la arquitectura del siglo XIX bien vale la pena. En el recorrido se puede topar con la sepultura de la “Srita. Carolina Troncoso”, acaecida el 27 de febrero de 1920 y mejor conocida como Santa Carolina, una beata no reconocida por la Iglesia católica, pero que a cuenta de “milagros” se ha ganado el mote y un sepulcro lleno de súplicas y peticiones, provenientes, principalmente, de jóvenes estudiantes que le piden ayuda con sus exámenes y sus novios.

Sus paredes de mármol se han convertido en un libro de deseos. Ahí se pueden leer inscripciones como: “Por fa, ayúdame con los exanes (sic). Tkm”. O bien: “Sé que quizá no haya sido una buena persona, por el contrario, te pido unos cuantos anhelos que actualmente me inquietan. Lo fundamental mi familia, te ruego sinceramente por ella. Gochi, Gladys, Kari, Nadi y Naty”.

Elsa Becerril, de 27 años, visitante del panteón, recuerda que, desde niña, su abuela le dijo que Santa Carolina era muy milagrosa, especialmente con los problemas que aquejan a los niños:

“Cada vez que le pedía algo, le tocaba tres veces con una moneda, entonces le daba una vuelta a la tumba y cuando regresaba al punto inicial, ponía la oreja en el mármol, si escucha que me respondían con tres toquidos, significaba que me lo iba a cumplir. Las dos veces que le pedí algo, escuché los toquidos y me lo cumplió”, asegura.

Ya rumbo a la salida, al paso queda la cripta familiar donde reposa Mario Moreno Cantinflas, la cual, asegura Mario Rosete, empleado del panteón, es más visitada por extranjeros principalmente de Sudamérica, que por mexicanos.

UBICACIÓN: Av. México-Tacuba 117, colonia Argentina (cerca del Metro Panteones). Horario: De lunes a domingo, de 9 a 16 horas.

Panteón de San Fernando

En este bello santuario, enclavado a un costado de la iglesia de San Fernando, deja ver en su arquitectura y cuidado, porqué llegó a ser el panteón más exclusivo y caro de su época, entre 1832 y 1872.

Aquí reposan los restos del ex presidente Benito Juárez y de su esposa, Margarita Maza, también están enterrados cinco de sus 12 hijos. Sobre él, cuenta la leyenda, cayó una maldición lanzada por algún sacerdote, en venganza por la secularización que trajo las Leyes de Reforma. La maldición consistía en que ninguno de su descendencia llegaría a la edad adulta. Coincidencia o no, así fue. Todos murieron cuando eran menores de edad.

También pasaron por aquí los restos del general Ignacio Zaragoza y su esposa. Aunque posteriormente fueron trasladados a la catedral de Puebla, permanece el cenotafio (tumba vacía) con su nombre. Entre los hombres ilustres se encuentran Francisco Zarco, Martín Carrera y José María Lafragua. “Hay tanto liberales como conservadores. En vida estuvieron siempre en constante lucha y en la muerte descansan el mismo lugar”, advierte Virginia Ortega, directora del Museo Panteón San Fernando.

También se encuentra la tumba de Juan de la Granja, español que introdujo el telégrafo a México y que por las noches, aseguran, desciende de la silla de su escultura para pasear.

Otra de las atracciones de este lugar es el nicho falso de Isadora Duncan, la famosa bailarina. El mito dice que tras morir, el entonces presidente Plutarco Elías Calles, quien era su gran admirador, mandó a colocar un nicho en San Fernando con el nombre de la bailarina. Así, de la noche a la mañana, la madre de la danza moderna reposaba en México, cuando en realidad, nunca visitó el país.

Los epitafios de la época también son dignos de poner atención, como el que identifica la tumba del pintor Joaquín Ramírez (autor de uno de los cuadros más famosos de Miguel Hidalgo): “Artista insigne y malogrado dejó este mundo para irse a su verdadera patria”. O, el puesto en la sepultura del niño Miguel Badillo: “Aquí duerme mi querido hijo. Hablad bajo. No le despertéis”.

Este recinto sufrió el abandono hasta que fue recuperado por la Secretaría de Cultura del gobierno del Distrito Federal, en 2006, dando paso a Museo Panteón San Fernando.

UBICACIÓN: Plaza San Fernando No. 17, colonia Guerrero (cerca del Metro Hidalgo). Horario: De martes a domingo, de 9 a 17 horas.

Panteón Jardín

Si hay algo más allá después de la muerte, este panteón, que abrió sus puertas en 1941, sería la sede de la tornafiesta en la que se dieran cita muchos de los artistas de la época de oro del cine mexicano. Entre ellos destacan Jorge Negrete, Arturo de Córdova, los hermanos Soler, Pedro Armendáriz (padre e hijo), Carlos López Moctezuma, entre más de un centenar de estrellas del espectáculo.

De sus sepulcros, el único que muestra rastros de haber sido visitado recientemente es el de Tin-Tan: con globos, ya desinflados, que cuelgan del árbol que le da sombra, flores y otros objetos siguen ahí. Un empleado del panteón lo confirma: “Hace como dos meses vinieron unos veinte pachucos, con autos de época y unas chavas bien guapas, también vestidas como de los años 40. Estuvieron aquí un buen rato, cantando y echando desmadre con Tin-Tan”.

Sin embargo, de todas, ninguna de estas tumbas es tan visitada como la del actor y cantante Pedro Infante, advierte don José Luis, empleado del panteón desde hace 22 años: “Aquí se ve quién dejó algo en vida y lo siguen viniendo a festejar, como Pedrito”.

Cada 15 de abril, aniversario luctuoso de quien diera vida a Pepe El Toro, se arma la fiesta, llegan mariachis, cantantes, estrellas, reporteros, así como unos cinco mil admiradores de todas las edades.

UBICACIÓN: Camino al Desierto de los Leones Km. 14.5, colonia Ampliación La Herradura (cerca de Periférico y Altavista). Horario: De lunes a domingo, de 8:30 a 17 horas.



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