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El año que inicia trae consigo el fin de un elemento distintivo de la ciudad de México: el boleto del Metro.

2012 será el último año en el que los usuarios puedan ingresar a los andenes con papel, pues desde el primer trimestre comenzará una intensa campaña para digitalizar los accesos, anunció Francisco Bojórquez, director del Sistema de Transporte Colectivo STC-Metro.

“Definitivamente, el boleto va a desaparecer. Le vamos a dar paso a la tarjeta… vamos a hacer un planteamiento interesante para que lo más pronto posible se utilicen las tarjetas como único método de entrada al Metro”, anunció el funcionario.

El plan, indicó, es llegar a cerca de cinco millones de plásticos con chip, que sustituirán de manera irreversible al papel, el cual verá su fin desde su nacimiento en 1969, cuando se usó para entrar a la primera línea de Metro, de Zaragoza a Chapultepec.

Actualmente, señaló Bojórquez, se mandan imprimir hasta 600 millones de boletos, cuando hace cinco años eran mil 500 millones, lo que indica el paulatino fin del boleto.

“El ahorro es considerable: mil 500 millones (de boletos) nos cuestan 50 millones de pesos; un millón de tarjetas cuestan alrededor de 10 millones y con tres millones cubrimos a todos los usuarios del Metro.

El plan también contempla el fin del oficio de las taquilleras, pues todas las tarjetas se comprarán y recargarán en cajeros automáticos, tal y como sucede en el Metrobús.

Además, se tendrán que reubicar a decenas de trabajadores de la empresa Corporación Mexicana de Impresión (Comisa), la paraestatal que creó el GDF en 1978 para la producción de los boletos del Metro.

La producción de las nuevas tarjetas correrá a cargo de la misma empresa fabricante de las tarjetas del Metro y la tecnología que se utilizará a largo plazo será la del Metrobús, llamada Full Calypso; sin embargo, en los primeros meses ambas tecnologías, la de Metro y el Metrobús, aceptarán la Tarjeta de Ciudad.

Para que el Sistema de Transporte Colectivo Metro se adapte a la nueva forma de recaudación de pasaje, invertirá alrededor de 19 millones de pesos, dijo el funcionario, que incluyen la adaptación de los más de mil 550 lectores en los torniquetes del Metro, la adaptación en caso de ser necesario en el Metrobús, la puesta en marcha de la cámara de compensación, los servicios bancarios contratados para tal fin y la impresión del millón de tarjetas, mismas que costarán 10 pesos y se podrá recargar en las mismas taquillas del Metro.

En este momento, señaló Bojórquez, 40% de los usuarios ingresa con tarjeta, mientras que el otro 60% lo hace con boleto.

En la actualidad ya hay tres millones 800 mil tarjetas del Metro en funcionamiento y con ésas, más las actuales que circulan del Metrobús, se podrá ingresar a ambos medios de transporte.

“Hemos estado trabajando en esto desde que en junio de 2006 se pusieron a la venta las primeras tarjetas recargables. Y ya llegó el tiempo de concluir esta etapa. Prepararemos algo grande para esta despedida, lo estamos planeando”, anunció el funcionario, quien en su oficina atesora un pequeño fajo de boletos.

Para marzo de este año empezarán a funcionar el millón de tarjetas electrónicas recargables que servirán de manera indistinta para el acceso a las estaciones de Metro y de Metrobús, comentó Bojórquez. (Con información de Rafael Montes)