“No nos vamos, nos pidieron que nos salieramos de aquí”, se lee en el azulejo de la pared del baño que todavía está de pie de lo que fue la casa de la familia Gutiérrez Flores ubicada en la calle Fundación Monterrey, colonia Tepeyac Insurgentes, en Gustavo A. Madero, la cual será demolida para dar paso a la ampliación de dos a cinco carriles de avenida Euzkaro.

Sobre esta vía, el paisaje es de destrucción. Como en la década de los 70, cuando fue el auge de los ejes viales que se abrieron paso, incluso, expropiando viviendas, hoy, en 2011, 44 predios deben desalojarse para permitir que el Eje 4 Norte Euzkaro concrete su capacidad de conexión y movilidad entre Insurgentes y Calzada de Guadalupe.

En el Programa Delegacional de Desarrollo Urbano de la Gustavo A. Madero de 2010 se establece que Euzkaro responde a la política de ejes viales, pero presenta graves problemas de continuidad entre las avenidas citadas.

El proyecto, que tiene más de 3 décadas de antigüedad, fue retomado por el actual delegado, Víctor Hugo Lobo, cuya administración inició las negociaciones, desde hace más de un año, para la compra de las casas y negocios que se sitúan en los terrenos que ocupará la vialidad. Se han adquirido, pero también expropiado porque los propietarios han tenido problemas jurídicos para acreditar su propiedad.

La delegación Gustavo A. Madero aseguró que cuenta con 88 millones de pesos para la compra de predios y pagos de indemnización de los 18 inmuebles expropiados en marzo pasado.

Vencen las dificultades

El anuncio de que se retomaría el proyecto fue hecho hace poco más de un año, pero los procesos jurídicos y trámites han retrasado la demolición de los predios y el inicio de la obra, la cual se tenía previsto terminar este año. Aunque el plan de iniciar la obra se ha retrasado, el proyecto sigue firme.

El proceso de adquisición de los terrenos se ha enfrentado a la resistencia vecinal, inconformidad por el avalúo de las casas, así como problemas jurídicos como son los predios intestados o la falta de documentos que acrediten la posesión legal del predio.

A la fecha, hay al menos una docena de casas que están de pie, pero a su lado hay casas que ya fueron demolidas o viviendas que fueron compradas hace varias décadas y que hoy son jardines públicos, porque no se concretó el proyecto de ampliación.

Así lo recuerda Humberto Burgos, quien posee una papelería en el predio Euzkaro 147, quien hace tres décadas no quiso vender, pero hoy, finalmente, acordó con las autoridades delegacionales la venta de su casa y terreno para dar paso a la vialidad.

Afirma que su casa posee vitrales y acabados de lujo irrepetibles. Está a la espera de que la demarcación le libere su cheque, a lo cual, urgió, porque se le han ido dos oportunidades para comprar una nueva casa, asegura.

Pero hay otros vecinos —quienes pidieron guardar el anonimato— que aún están negociando con la delegación, pues hay inconformidad por la cantidad que recibirán y quieren más dinero para poder comprarse una casa, al menos, de las mismas dimensiones.

Otros más como es el caso de la señora Olivia, quien habita en un predio intestado de la esquina de Fundidora de Monterrey y Euzkaro. “Tengo 17 años viviendo aquí. El predio está expropiado, pero no se me hace justo que tengo que andar buscano a los de la delegación para saber qué pasará conmigo y mi familia”, denunció.