Clínica de periodismo

Justo cuando las manecillas marcaban las nueve en punto y las campañas del reloj comenzaron a sonar, fue inaugurada la restauración del reloj otomano ubicado en la esquina de las calles Venustiano Carranza y Simón Bolívar, como parte de la revitalización del Centro Histórico que promueve el gobierno del Distrito Federal.

La construcción de esta maquinaria formó parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México, en 1910, y ahora con su remodelación se suma a la conmemoración del Bicentenario de este suceso histórico y Centenario de la Revolución.

El reloj otomano es testigo de la unión entre México, Turquía y Líbano, debido a que fue un regalo que la primera generación de inmigrantes libaneses obsequió al país como muestra de agradecimiento y amistad.

La encargada de relaciones internacionales del Gobierno capitalino, Francesca Ramos, calificó el suceso como una “muestra tácita” de la convicción de la administración local para recuperar espacios públicos.

Inti Muñoz, director del Fideicomiso del Centro Histórico, dijo que la rehabilitación expresó que la obra fue resultado del esfuerzo conjunto entre la comunidad libanesa, los embajadores de Líbano y Turquía en México, arquitectos y del gobierno local.