Tianguis en Iztapalapa, caos e ilegalidad

MERCADO. El Salado se ubica entre los límites de Iztapalapa y el Estado de México, se pone los miércoles y los domingos desde la madrugada. Pese a que existen pasillos exclusivos para peatones, estos se comparten con automóviles y motos por lo que desplazarse dentro del lugar es complicado. (Foto: ADRÍAN HERNÁNDEZ / EL UNIVERSAL )
Los tianguis de El Salado, Las Torres y Santa Cruz comparten algo en común: fueron sometidos a un reordenamiento por parte de la delegación Iztapalapa, el cual, a cuatro meses de haberse implementado no ha sido la solución para mejorar la percepción de seguridad ni la movilidad al interior de esas zonas.
En octubre de 2014 la delegación Iztapalapa anunció el programa de ordenamiento de tianguis que consiste en colocar en bloques los diversos puestos dependiendo de su giro comercial.
A pesar de los esfuerzos y de las pláticas en las que también participó el secretario de Gobierno del Distrito Federal, Héctor Serrano, los tianguis en Iztapalapa siguen siendo una problemática para los vecinos y visitantes.
EL UNIVERSAL recorrió las zonas de El Salado, Las Torres y Santa Cruz, donde se comprobó la desorganización de los puestos informales, y la inseguridad que viven, incluso los comerciantes.
El Salado
Ubicado en los límites de Iztapalapa y el Estado de México, el tianguis de El Salado se levanta los días miércoles y domingos.
A primeras horas de la madrugada los comerciantes que se dedican a la vendimia de ropa usada llegan a la zona para levantar sus puestos; después arriban quienes se dedican a la venta de comida. En el transcurso de las primeras nueve horas del día se cierne completamente el tianguis.
Si bien existen pasillos exclusivos para el tránsito de peatones, también hay vías que son compartidas por personas, automóviles y motocicletas lo que provoca tránsito lento al interior del tianguis.
Aunque en diciembre pasado el ex delegado de Iztapalapa, Jesús Valencia afirmó que los puestos ya estaban ordenados en bloque, los dueños de los comerciantes aseguran que no hicieron caso a la organización propuesta por la delegación.
"Hace unos meses vinieron para que nos organizáramos, pero la gente hace lo que quiere. Nosotros ocupamos los espacios y los policías no nos dicen nada, al contrario vienen para cuidarnos", comentó un joven de aproximadamente 32 años, quien se dedica a un puesto de tacos de carnitas.
Dijo que los asaltos en El Salado "son de cajón" para visitantes y comerciantes, por lo que un grupo de policías resguarda a las personas.
De acuerdo con el informe de Incidencia Delictiva por Coordinación Territorial de la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF), la coordinación territorial 6 de Iztapalapa -que abarca la colonia El Salado- es la que concentra más delitos de alto impacto en la ciudad de México, al registrar 954 denuncias de enero a septiembre de 2014.
Las Torres
El tianguis de Las Torres ubicado sobre Eje 6 a la altura de Periférico, es parte de la coordinación territorial 5 de Iztapalapa, que en los primeros nueve meses del año pasado, registró 589 delitos, por lo que se ubicó en el quinto sitio de las coordinaciones territoriales con más alto índice delictivo en el DF, de acuerdo a la PGJ local. A pesar de la problemática de inseguridad no se visualizaron policías o elementos de seguridad que resguardaran a los comerciantes.
En el tianguis de las Torres los puestos de chácharas y ropa usada se levantan los jueves por la madrugada; los domingos se suman los puestos de comida y de frutas y verduras.
"En el de Eje 6 hemos logrado que nos dejen limpio, nomás metemos una barredora al final. (Los comerciantes) nos dejaban cerros de basura, entonces estamos haciendo un levantado manual para poder quitar. Ya no nos tardamos alrededor de 12 horas en limpiar el tianguis, lo demás lo hacen ellos", comentó Jesús Valencia hace un mes.
No obstante vecinos de la colonia Vicente Guerrero -unidad habitacional con la que también limita el tianguis- denunciaron que a causa del aire la basura se levanta y se sitúa en las entradas de sus hogares.
"Como los vendedores tiran los deshechos de plásticos y papel, todo se viene hacia nuestras casas. Eso es un foco de enfermedades para todos", comentó un locatario quien prefirió no revelar su nombre.
Santa Cruz
Entre las avenidas Santa Cruz Meyehualco y Ermita Iztapalapa se cierne el tianguis Santa Cruz los días martes y viernes.
A diferencia de El Salado y Las Torres que se ubican en terrenos donde no hay casas, Santa Cruz está dentro de una zona habitacional que lleva el mismo nombre.
Los vecinos ya se resignaron a tener el tianguis afuera de sus casas. Saben de antemano, que esos días no pueden usar el coche, y que tienen que barrer la basura que dejan los tianguistas.
Una mujer que es habitante del lugar y que en su fraccionamiento posee un estudio fotográfico, comentó que, además de la problemática como locataria, su negocio se ve afectado.
"No tenemos chamba, la gente no llega, por muy vecino que sea. (Los comerciantes) no piden permiso. Esto es parte de la delegación, de gente que aquí se ha establecido".
Al igual que el tianguis de Las Torres, el de Santa Cruz también está ubicado en la coordinación territorial 5 de Iztapalapa, es decir, que se ubica en una zona de alta incidencia delictiva del Distrito Federal, como se mencionó anteriormente.
Ordenar lo ilegal
Durante los recorridos que realizó EL UNIVERSAL en los tres tianguis, se constató la venta de medicinas, animales y bebidas alcohólicas, aunque dichas actividades se consideran ilícitas, el reordenamiento de mercados implementado por la delegación Iztapalapa, no implica un operativo para confiscar productos ilegales y su vendimia.
En octubre pasado cuando se dio a conocer el ordenamiento de tianguis, el entonces delegado Jesús Valencia Guzmán comentó que las mesas de negociaciones con los comerciantes fueron "muy difíciles".
"Son tianguis muy viejos que están acostumbrados al desorden entonces empiezas a meter orden y no les gusta", comentó el ex delegado de Iztapalapa.
Los involucrados, autoridades y tianguistas reconocen su situación, ambos saben que es necesario el reordenamiento, pero también conocen lo que eso implica, por un lado la baja en las ventas, y por el otro, meterse en conflicto con los dirigentes de los ambulantes.
Estos tianguis son de los más grandes de la ciudad y se ubican en una de las delegaciones más conflictivas del Distrito Federal y con mayor inseguridad, pero aún y con eso, los comerciantes se niegan a ser reubicados.
La situación se ha convertido en costumbre para los colonos, quienes ven con resignación la falta de autoridad para mejorar la imagen de sus calles. Mejor se cuidan, dicen, cuando los tianguis se ponen, pues no sólo hay productos al orden del día, también rateros.





