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Ante la polémica entre taxistas regulares y el servicio que dan empresas como Uber o Cabify, legisladores del PAN pidieron al jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Macera, hacer un análisis jurídico que permita determinar qué tipo de servicio prestan los vehículos particulares de esas compañías.

La senadora Mariana Gómez del Campo y el diputado Juan Pablo Adame presentaron un punto de acuerdo donde establecen que a partir de ese análisis se debe determinar la regulación de esos servicios.

Los panistas exhortaron también al gobierno de la ciudad de México a que desarrolle una plataforma tecnológica para que los más de 120 mil taxistas regulares brinden un servicio más eficiente y seguro a la ciudadanía.

Mariana Gómez del Campo detalló que los taxistas tienen que comprar las placas, “aunque se supone que son gratis”, y les salen entre 80 mil y 100 pesos; deben que adquirir el carro, el más barato, un Tsuru de 140 mil pesos.

“La cromática, que cada cinco años se cambia el color, le sale al taxista en 5 mil pesos; la adquisición del taxímetro, pagan 2 mil pesos porque son digitales, pagan en promedio de 80 a 120 pesos por el cambio de horario; la revista cuesta unos mil 200 pesos; la licencia tarjetón que tarda dos semanas, el de primera vez sale en unos 2 mil 500 pesos y se cambia cada tres años”.