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SAN JOSÉ.— Uber, la empresa transnacional que ofrece servicios de transporte con pedido mediante un enlace tecnológico entre pasajero y conductor por la vía de los dispositivos móviles, tiene apenas 14 meses de haber aterrizado en Centroamérica y su primera parada fue en Panamá, la más dinámica economía de la zona y aún no se ha expandido al resto de naciones del istmo.

La firma transnacional inició operaciones el 18 de marzo de 2014 en la Ciudad de Panamá, sobre el litoral Pacífico y una de las más congestionadas metrópolis centroamericanas. Y ya se expandió hasta el puerto de Colón, en el litoral Atlántico.

Al principio generó resistencias entre empresas dedicadas al transporte privado de pasajeros. Pero después, esas mismas firmas optaron por unirse al nuevo mecanismo de servicios, explicó Juan Carlos Restrepo, gerente general de Uber Panamá.

Los conductores asociados a Uber son independientes, aunque pagan impuestos, cumplen con todos los requisitos legales, mantienen limpios sus expedientes policiales, aseguró Restrepo: “Somos una compañía de tecnología que creó una plataforma que conecta choferes privados con usuarios en busca de un viaje seguro y eficiente”, explicó.

Ahora Uber se diversifica. Por ejemplo, en julio se pidió suministrar un servicio de entrega de helados a domicilio, mientras en diciembre hubo demanda para transportar roscas navideñas. Ahora se valora ampliar el menú de ofertas, como las alianzas con restaurantes, explicó Restrepo.

En Costa Rica, entre tanto, Uber carece de planes concretos y apenas está en busca de gerente.