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Microbuses problemática sobre ruedas

Fanny Ruiz-Palacios| El Universal
Domingo 18 de enero de 2015
Microbuses problemtica sobre ruedas

La inexperiencia de los conductores jóvenes así como el descuido de los peatones que atraviesan las calles sin fijarse, son la causa de los constantes accidentes viales y atropellamientos; Gerardo, chofer de la ruta 36, comparte su experiencia tras el volante. . (Foto: Germán Espinoza )

De enero a octubre de 2014 ocurrieron 427 atropellamientos en los que murieron 15 personas, esto de acuerdo con los reportes de la SSPDF

Cada que sube al microbús se encomienda a Dios para que lo proteja y lo libre de asaltos y accidentes. Pero la fe de Gerardo no es suficiente, pues en los 35 años que lleva conduciendo la unidad 0120232 ha chocado y lo han asaltado. Sus plegarias sólo lo ayudaron a no atropellar a algún peatón “irresponsable”, de esos que según Gerardo prefieren “aventarse” para ganarles el paso a cruzar por los puentes peatonales, dice.

Aunque Gerardo considera que algunos accidentes son causados por la irresponsabilidad de las personas que no se fijan al cruzar, asegura que los choferes jóvenes pueden ser un peligro al volante por su inexperiencia y otros por manejar en estado inconveniente.

“Las personas atraviesan sin fijarse y cuando los llegan a atropellar, la culpa se la echan al microbusero y a veces los quieren golpear o linchar. Pero también es cierto que la inexperiencia de los jóvenes causa accidentes porque ellos creen que todo lo pueden; además, algunos andan tomados manejando o son drogos y eso causa accidentes”, comenta el hombre de 57 años.

Gerardo Basilio es chofer del transporte público de la ruta 12, que va de Metro Tasqueña a la UAM Xochimilco-Carmen Serdán. Diariamente transita por Canal de Miramontes, avenida Santa Ana, Eje 3 Oriente, calzada de la Virgen, calle Manuela Medina y calzada de las Bombas.

La de más cuidado, por los choques y atropellados que se generan, es la avenida Santa Ana porque es muy grande y corren muchos autos, “ahí los particulares andan hechos la mocha y nosotros debemos tener cuidado porque entran y salen por todos lados”, menciona Gerardo.

De acuerdo con la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF), en 2014 incrementó el número de muertes por atropellamiento con respecto al año anterior. A través de una solicitud de información, la dependencia indicó que en 2013 fallecieron seis personas luego de ser arrolladas por un microbús, mientras que de enero a noviembre de 2014 fallecieron 10.

Sin embargo otras cuatro personas murieron en diciembre de 2014, lo que da un saldo final de 14 homicidios por tránsito vehicular.

Los casos más recientes ocurrieron el 17 de diciembre de 2014, cuando dos mujeres de la tercera edad fallecieron tras ser arrolladas por un microbús de la ruta 36 en Canal de Miramontes esquina con Siena, en la colonia Residencial Miramontes, delegación Tlalpan.

Eran las 21:15 horas cuando ocurrió el accidente en el que fallecieron las dos mujeres de aproximadamente 60 años tras ser embestidas por el microbús de color verde, placas 0360215, conducido por Fernando “N” de 28 años.

Mientras que el 23 de diciembre, una mujer de 35 años de edad y su hija de 15 años murieron al ser atropelladas por una unidad del transporte público en calles de la colonia Unidad Habitacional Acueducto de Guadalupe, en la delegación Gustavo A. Madero.

Aquel día, a las 06:40 de la mañana, madre e hija trataron de cruzar la calle Ventisca, a la altura de Temoluca, cuando fueron embestidas por el microbús Mercedes Benz de la Ruta 88, placas de circulación 916TL02, conducido por Sergio “N” de 36 años.

En contraste con estas cifras, la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSPDF) documenta que en el 2013 hubo 456 personas atropelladas por una unidad del transporte público, de las cuales 31 fallecieron. De ese total de accidentes, 141 fueron ocasionados por microbuseros, quienes causaron la muerte de 12 personas.

De enero a octubre de 2014 de acuerdo a los mismos datos, ocurrieron 427 atropellamientos en los cuales 15 personas perecieron, agregó la Policía. Del total, 99 fueron protagonizados por microbuses y ocho murieron.

A través de la Oficina de Información Pública, la SSPDF también dio a conocer que el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) atendió a mil 192 personas en el lugar donde fueron atropelladas y realizó mil 293 traslados a hospitales en 2013.

De enero a octubre de 2014 los socorristas atendieron a mil 461 atropellados en el lugar del accidente y trasladó a mil 101 personas.

Jóvenes irresponsables

A consideración de Gerardo, la mayoría de los accidentes viales se generan por la irresponsabilidad de los conductores jóvenes que carecen de experiencia al volante.

“A parte de que son jóvenes, son inexpertos y si van a alta velocidad, los patrulleros no los paran para levantarles una infracción o llamarles la atención, no les dicen nada”, asevera.

El oficio de microbusero lo aprendió Gerardo cuando era joven y a esa edad “uno cree que es dueño de las calles, sólo con el paso del tiempo se da uno cuenta de que no es así. Afortunadamente a mí me han ocurrido pocos accidentes; por los años que tengo en esto soy precavido, procuro no correr ni nada de eso. Pero, la mayoría de los jóvenes que conducen un microbús son muy loquitos para manejar, se meten, aceleran y no se fijan”, reconoce.

La presión de entregar la cuenta del día al dueño de la unidad también ocasiona accidentes, según Gerardo: “si a un chofer le exigen una cuenta de 700 pesos, lógicamente tiene que acelerar un poco más para poder sacar lo que le está cobrando el dueño”.

En la opinión del chofer, los choques son causados por ignorar el reglamento de tránsito y por la condición de las vialidades (los baches).

“Siempre ha habido choques cuando hay mucho tráfico. Los choques lamineros, por ejemplo, se dan a la hora del tráfico porque la mayoría de los particulares siempre se quieren meter en corto a los microbuseros y ahí pasan los choques. Los accidentes graves se dan en avenidas grandes, como calzada de Tlalpan y Ejes viales donde van muy volados y metiéndose por todos lados”, explica Gerardo.

La Secretaría de Seguridad Pública local, a través de la Subsecretaría de Control de Tránsito, informó que mil 330 microbuses chocaron durante el año 2013, mientras que de enero a octubre de 2014 hubo 963 choques.

"Estoy curado de espanto"

En lo que lleva como conductor del transporte público, Gerardo sólo ha tenido un accidente: “se me metió un carro y yo por volantear, me subí a la banqueta y choqué con un poste. Fue leve, nada de consecuencias”.

El día que lo asaltaron, comenta, circulaba sobre la calle Elvira Vargas, en la colonia CTM Culhuacán, delegación Coyoacán, y no llevaba pasaje. Aquella ocasión “me quitaron lo que traía, se llevaron el dinero y el estéreo”, recuerda.

Su jornada comienza a las 5 de la mañana, hora en la que se levanta para salir de su casa a las 06:00 horas. Aborda el microbús 0120232, propiedad de uno de sus conocidos, y se retira de su hogar sin despertar a su esposa e hijos.

La jornada es dura. Hay días en que corre con suerte y trata con pasajeros amables. Otras veces debe aguantarse los comentarios groseros que le hacen las personas que tuvieron un mal día, como “hambriado”.

“Yo ya estoy curado de espanto, tengo muchos años en esto. Pero (los pasajeros) sí son bien groseros e irrespetuosos, como uno mismo también. Con el tiempo aprendí que no debo comportarme así, pero luego si me llegan a sacar de mis casillas y les respondo”, expresa el chofer mientras conduce su unidad con la mirada fija en el camino.

En todo el día, Gerardo da cinco vueltas. Tarda entre dos horas y media a tres horas por cada vuelta, dependiendo del tráfico.

“Me desespera mucho el tráfico pero uno se acostumbra. En 1980 no había tantos carros y ahora a todas horas hay mucho tráfico; es muy diferente a como era hace años. Está pesadito todo, sobre todo el tráfico y los peligros que corre uno en este trabajo: los asaltos y los accidentes que podemos tener ya sea por uno mismo o por otras personas”, dice el conductor.

Cada que llega a la base, espera entre hora y hora y media para volver a salir; depende de la cantidad de choferes que haya formados.

Para Gerardo el tiempo es muy valioso, por ello lleva consigo un cronómetro pegado al tablero. Éste le ayuda a medir los minutos que debe esperar antes de volver a cargar pasaje.

A diferencia de otros conductores, él carga con un botiquín con gasas, alcohol, toques de violeta, curitas y otras cosas que puedan ayudarle a auxiliar a algún pasajero. Imágenes religiosas, letreros que piden no tirar basura o indican que la bajada es por atrás, así como banderas de diversos países completan la decoración del vehículo.

Antes de ser chofer, Gerardo fue fotógrafo. Y aunque tenía un mejor horario, sus ganancias no eran tan buenas. Actualmente, gana entre 800 y 900 pesos al día, 500 de los cuales debe de entregar al dueño de la unidad. “No deja lo suficiente, pero sí es redituable”, expresa.

Por lo general, alrededor de las 8 de la noche concluye su jornada laboral: “es pesado porque no está uno con la familia. Pero con el paso del tiempo me gustó servir a la gente, aunque a veces nos tratan de lo peorcito. Luego nos hacen sentir mal los pasajeros o peatones, por lo que nos dicen; ya todo es agresividad; antes les respondía, ahora ya es diferente porque les decimos algo y le hablan a la patrulla”.



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