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LONDRES.— Como en la ciudad de México, en la capital británica los conductores de los icónicos taxis negros, mejor conocidos como black cabs, han salido a la calle en los últimos días para protestar contra la expansión del servicio de Uber en esta ciudad. Pero ésta no es la primera vez que el gremio de taxistas ha manifestado su rechazo contra este servicio que, dicen, opera fuera de la ley.

El servicio que permite a los clientes pedir taxis a través de su teléfono inteligente opera en esta ciudad desde 2012 y ha sido bien recibida por los usuarios porque, a diferencia de los servicios tradicionales, Uber ofrece precios más baratos. Actualmente, la aplicación tiene cerca de 14 mil conductores en Londres y se ha convertido en el mayor proveedor de servicios privados de la ciudad.

Pero ante el aumento de ese servicio, el gremio de taxistas ha exigido al gobierno local, del conservador Boris Johnson, que imponga normas más estrictas como limitar el número de licencias de taxis que podrán circular en la ciudad, lo cual pondría fin al crecimiento de este servicio proveniente de San Francisco (EU).

Los choferes acusan que a ellos se les obliga a pasar por una rigurosa prueba de examen y pagar grandes sumas para obtener la licencia. La oficina de Transporte de Londres (TfL) ha pedido al Tribunal Supremo investigar si Uber viola la ley.