Ángel se llama el hijo de Mayra Noemí Sánchez Lozada. Lo llamó así porque para ella es un niño que llegó como un ángel que soportó derrumbes, caídas y sobrevivió. “Yo estaba a unas cuantas horas de dar a luz, cuando de pronto sentí que algo empezó a vibrar. Vi que comenzaron a caerse todas las cosas. No escuché la explosión, pero escuché que todas las mujeres que estaban alrededor mío empezaron a gritar. Los bebés empezaron a chillar. Yo estaba enterrada, pensé que había sido un terremoto, todo se deshizo. Gracias a Dios estamos vivos.

“Me tuve que quitar todo lo que tenía encima, piedras, vidrios, lámparas, hierro. Yo gritaba para que me auxiliaran y nadie me ayudaba. Me tuve que quitar sola las cosas que tenía encima. Salí como pude y ya no vi a ninguna de las mujeres.

“Después, las mismas chavas empezaron a decir que desde la mañana empezó a oler a gas; pero todas las doctoras y enfermeras se empezaron a salir y no había nadie para podernos sacar. Quise regresar por una señora que vi estaba enterrada, ella gritaba que la auxiliaran, decía que su bebé estaba atrapado, pero ya mis dolores de parto estaban muy fuertes y no me pude regresar por ellos. Me siento culpable todo el tiempo por no sacar a esa persona que estaba casi enterrada con su bebé”.

Mayra recuerda que los policías regresaron a dos enfermeras para reclamarles el porqué se salían si tenían que haber sacado a las pacientes que ellas tenían bajo su cuidado. “Las enfermeras se tuvieron que regresar para que nos pudieran sacar a nosotras”.

Después de la explosión, Mayra fue trasladada de inmediato en ambulancia hacia el Hospital General Doctor Enrique Cabrera, donde dio a luz. “Lo que pasó fue horrible, no se lo deseo a nadie. Yo me pregunto: Si desde antes sabían de la fuga de gas, ¿Porqué no nos sacaron?

“Me da coraje que aún no haya ningún detenido por lo de la pipa. Yo digo que todo esto debe pagarse con cárcel por el daño a tantas mujeres, hubo niños inocentes que no tuvieron la culpa”, concluye Mayra, no sin antes decir que toda la noche se la pasa despierta.

“Cualquier ruido me desvela, con cualquier ruido me despierto, y voy y agarro a mi hijo y me quiero echar a correr”.