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TOLUCA, Méx.— Un caso de bullying extremo registrado en el Estado de México hace dos años, ha comenzado a causar conmoción en las redes sociales al darse a conocer detalles de la forma violenta en que fue asesinado el niño Oswaldo Joaquín Correa Romero, de 11 años, y los eventos de corrupción de autoridades estatales para tratar de mantenerlo en secreto.

Pese a que el incidente ocurrió dentro de una primaria en 2012, hasta el momento no hay procedimiento administrativo o disciplinario contra ninguna autoridad educativa, tampoco ninguna acción judicial contra ninguno de los niños que habrían participado en el homicidio ni una investigación.

De acuerdo a la familia de Oswaldo, el niño fue asesinado por sus compañeros en los baños de la escuela Licenciado Isidro Fabela del municipio de Jilotepec, donde lo sofocaron hasta quitarle la vida.

Oswaldo era de nuevo ingreso en la institución cuando fue víctima de bullying. El 27 de agosto de 2012, el niño pidió permiso para ir al baño y ahí fue asediado y sometido, presuntamente, por varios de sus compañeros, a un punto tal que lo sofocan, pierde el conocimiento y muere.

Testigos presenciales que se atrevieron a hablar con la familia informaron que el niño gritó pidiendo auxilio. También hay niñas que aseguran haber escuchado los llamados del menor. Sin embargo, fueron amenazados para que no hablaran.

Los hechos posteriores a la muerte de Oswaldo hacen que la familia presuma una supuesta actuación por parte de autoridades estatales —educativas, de la procuraduría general de justicia estatal y del sindicato oficial de maestros— para ocultar el asesinato.

Tras el fallecimiento, la directora del plantel, Teresa Barrales Polo, realizó una reunión de maestros y pidió una cooperación para sobornar a los policías municipales que llegaron al lugar para manipular el caso y evitar una probable detención.

La doctora de una farmacia contigua a donde se llevó el cuerpo inerte de Oswaldo confirmó que el niño había sido sofocado; luego el niño es trasladado en un vehículo privado a la clínica del ISSEMYM.

Posteriormente, la directora acude a la clínica y exige a los doctores no hacer declaraciones.

Maestros de la escuela fabrican declaraciones ante el Ministerio Público, y la procuraduría “negocia” los términos en los cuales deberá darse la “versión oficial” sobre las causas de la muerte del niño, ya que de acuerdo a documentos obtenidos por la familia, existe una contradicción entre dos peritos, uno de la familia y el médico legista “oficial”.

El segundo dice que el niño muere por “infarto al miocardio” y el primero confirma la versión de la doctora de la farmacia al señalar que Oswaldo muere por “asfixia mecánica secundaria a estimulación neourovacal de senos carotideos y comprensión toracoabdominal”.

La familia de Oswaldo, a casi dos años de su asesinato, pide justicia.

“El bullying viene de casa”

Mientras tanto, el secretario de educación estatal, Raymundo Martínez Carbajal, aseguró que ni las escuelas ni los maestros son responsables de la violencia que se vive en las aulas de los centros educativos del Estado de México, sino que son reflejo de la violencia que se vive en las familias.

“Las escuelas no son el origen de la violencia, quiero ser muy enfático, el origen de la violencia está en la sociedad, las escuelas son sólo el reflejo”, explicó.