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Ante la separación del cargo de Cuautémoc Gutiérrez de la Torre, como presidente del PRI-DF será, Laura Arellano, actual secretaria general, ocupará la dirigencia de manera interina.

Esto de acuerdo con el artículo 164 del estatuto del PRI capitalino, que establece que ante la ausencia del presidente el cargo lo asumirá el secretario general.

Los lineamientos también contemplan que se convoque a reunión del Consejo Político, a fin de informar sobre la situación que derivó de la toma de licencia por tiempo indefinido de Gutiérrez de la Torre.

Sin embargo, existe la posibilidad de que el dirigente nacional del tricolor aplique su facultad de remover definitivamente al dirigente estatal y en su caso nombrar a un nuevo presidente.

El artículo 85 de los estatutos del PRI, en su apartado 10, señala que el dirigente nacional del partido tiene facultad para suspender a los miembros de la dirigencia de los comités directivos estatales y nombrar un delegado que asumirá temporalmente la dirigencia para convocar a la elección.

Esta facultad la puede asumir cuando se realicen conductas u omisiones en forma sistemática contrarias a sus atribuciones y responsabilidades estatutarias o que impliquen el abandono de las mismas.

También contempla esta posibilidad cuando se le encuentre en flagrancia en la comisión de un delito doloso y grave, o medie sentencia judicial en su contra, así como disponer en provecho propio o de terceros, de fondos o bienes del partido. Tras la renuncia de María de los Ángeles a la dirigencia del PRI-DF en 2006, su cargo lo ocupó Jorge Schiaffino, quien también abandonó el cargo dos años después.

A partir de entonces, el CEN del PRI nombró a Jaime Aguilar como delegado especial, puesto que mantuvo hasta diciembre de 2012, cuando Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ganó la elección interna para mantenerse como líder local por un periodo de cuatro años.

La falta de un liderazgo, ocasionó una constante disputa entre el grupo de María de los ÁNgeles Moreno y Beatriz Paredes contra Gutiérrez de la Torre; enfrentamiento que incluso llegó a los tribunales electorales, a nivel nacional y local.