Daniel Usúa trabaja como albañil en la construcción de una vivienda ubicada en la colonia Vicente Guerrero de la delegación Iztapalapa.

Su padrino, el maestro albañil Rogelio Usúa, y quien dirige la obra de construcción, lo invitó a participar en el proyecto que durará casi cuatro meses.

Diariamente, Daniel, quien vive en el municipio de Chalco, en el Estado de México, tiene que levantarse a las 6 de la mañana para llegar en punto de las 7 a la construcción donde labora.

La jornada laboral la califica como “extenuante”, pues “hay que entrarle a todo”; desde la construcción de muros hasta levantar cascajo.

Su jornada laboral es de 12 horas, con una hora de comida. Por su trabajo Daniel recibe 100 pesos al día, que se traduce a una paga de casi mil 500 pesos quincenales.

Aunque no tiene la obligación de mantener a una familia, Daniel asegura que tiene que contribuir con los gastos de su casa, la cual comparte con sus dos hermanos pues sus padres fallecieron.

“Vivo con mis carnales y hay que apoyar con la renta, con la comida. Además tengo que correr con mis gastos propios; luego no me alcanza para comprar ni siquiera un par de pantalones; entonces vivo al día”, relató.

Daniel espera concluir el proyecto de la construcción durante este verano, después buscará una universidad para seguir con sus estudios, y por supuesto, buscará un trabajo para solventar sus gastos personales y “lo que se ofrezca de la escuela”, concluye.