Supervía reduce trayectos hasta hora y media
DESAHOGADO. Aun con la reducción de tiempos, la Supervía luce con pocos automóviles. (Foto: YADÍN XOLALPA / EL UNIVERSAL )
La Supervía ya funciona al 100%. Esta vialidad, abierta en su totalidad el pasado 14 de junio, permite un ahorro de hora y media, respecto a los recorridos de los automovilistas antes de que existieran las autopistas urbanas.
EL UNIVERSAL recorrió la vialidad en la hora pico, es decir, de las 7:00 a las 9:00 horas, a fin de medir el tiempo, a más de dos meses de entrar en operación.
Los costos son de 31 pesos, sin importar dónde entren o salgan los automovilistas, exceptuando el tramo Santa Fe-Las Águilas, donde se pagan 20 pesos, y 12 por usar el tramo elevado de Luis Cabrera en la interconexión con la Autopista Urbana Sur. Los pagos se ven reflejados en tiempo para quienes la ocupan.
El recorrido hacia Santa Fe inicia a las 7:18 en la Autopista Urbana Sur, desde San Jerónimo, donde se conecta con el segundo piso de Periférico. Es día laboral y la hora es sinónimo de congestionamiento vial. Llegar a la vialidad elevada Luis Cabrera toma dos minutos.
Un par de minutos después, se ingresa al tramo formal de la Supervía, la velocidad es de 80 kilómetros por hora; en la parte baja de Periférico se ve la lentitud de los autos.
A las 7:20 termina el trayecto sobre Luis Cabrera, el amanecer no pone de malas a los tripulantes. Cuatro minutos después está el cruce con Desierto de los Leones, pasan Calzada de las Águilas, Avenida Centenario. A las 7:26 ya se ve Santa Fe desde la ventanilla. El viaje total de ida fue de ocho minutos, desde San Jerónimo.
El regreso fue similar. Los autos parten de Santa Fe a las 7:32 y el tránsito hacia Periférico en la vialidad de pago no presenta conflictos, no se escucha ni un claxon.
Pasan cuatro minutos, el tramo que sigue es Luis Cabrera. El cronómetro se detiene a las 7:55 (37 minutos de ida y regreso).
En otras vías...
Antes de existir la Supervía, los conductores buscaban calles aledañas para cortar tiempos, lo cual era poco útil, pues todas las arterias se congestionaban.
Se hizo el mismo ejercicio fuera de la autopista, como si no existiera.
El cronómetro marca las 7:43 horas en Anillo Periférico, a la altura de la Carretera Picacho-Ajusco. A las 7:52 se alcanza a ver el ingreso a la Autopista Urbana Sur, con sentido hacia el norte.
Las indicaciones viales que piden circular a 60 kilómetros por hora no parecen tan necesarias; no se puede ir más rápido. El avance es constante, pero el panorama cambia poco después.
Son las 7:56. En ese lapso, por la Supervía ya se hubiera llegado a las primeras hectáreas de Santa Fe. Los autos pasan por la Ruta de la Amistad, es ágil el tránsito.
Comienza el congestionamiento y el calor de las 8:00 horas acompaña al tránsito lento.
Seis minutos después, el recorrido está en la zona del Pedregal, ahí vuelve a fluir el tránsito. Más adelante, la calle Andrea Cantagnio es una alternativa para tomar San Antonio.
Todo el trayecto anterior se ahorra, en la Supervía, con la vialidad elevada de Luis Cabrera.
A las 8:33 se cruza Observatorio para ir hacia Poniente 73 A, calle que se ve congestionada. No hay más opciones que tomar Constituyentes, hasta donde arriba el auto en siete minutos.
En esta arteria el paso tarda en superar la velocidad de 30 kilómetros por hora. El recorrido llegó a Santa Fe en una hora con 15 minutos, sólo de ida.
Para el retorno, el tránsito fue más fluido, pues ya no era hora pico. A las 9:52 acabó el viaje. Fueron dos horas nueve minutos, contra 37 minutos en la Supervía.
UN NUEVO CAMINO
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