Mientras unos profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se manifestaban en diferentes puntos de la Ciudad de México, otros permanecían en su campamento para cuidarlo y preparar comida.

Las carpas blancas, azules, verdes y negras que invaden la plancha del Zócalo capitalino lucen semi vacías. "Hay menos maestros, pues desde antier se fueron algunos", comentó una señora, quién se dedica a barrer las calles del Centro.

"Cada que pasamos entre las casas de campaña para recoger la basura, nos damos cuenta de que hay más espacio", mencionó la trabajadora.

Agregó que siempre que se van algunos profesores, otros llegan a relevarlos, "pero siempre regresan menos, si se van unos 10, parece que sólo regresan cinco", señaló.

Humo sale de las lonas atadas de postes y metales, pues las maestras de la CNTE guisan alimentos sobre el carbón que arde en el anafre, mientras otras lavan los trastes sucios.

Las nubes anuncian lluvia, pero mientras tanto, algunos maestros aprovechan que el piso está seco para dormir por un rato.

"Cuando llueve tenemos que estar parados o sentándonos, cuando el agua se calma, esperamos a que la calle se seque y ponemos cartones para poder dormir", dijo un profesor de la Sección 22, del estado de Oaxaca.

Desde hace una semana, maestros del campamento de dicha Sección adoptaron plásticos y cantones para adaptar dos baños: uno para hombres y otro para mujeres, "como congelaron nuestros sueldos, ya casi no tenemos dinero, así que improvisamos con estos baños porque están muy caros", agregó el profesor de Oaxaca.

dm