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Tiene DF día de “respiro” sin marchas

Rafael Montes| El Universal
Martes 03 de septiembre de 2013
Tiene DF da de respiro sin marchas

EXCEPCIÓN. Un pequeño contingente de maestros marchó sobre Bucareli, sin causar grandes afectaciones viales. (Foto: ESPERANZA OREA EL UNIVERSAL )

Habitantes de la Ciudad de México viven congestionamiento habitual

rafael.montes@eluniversal.com.mx  

Ayer, la ciudad respiró. Después de dos semanas de parálisis intensa en sus arterias principales, este lunes la vida fluyó normal, con sólo dos bloqueos de pequeñas dimensiones y la congestión habitual, pero sin los tapones viales con los que los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) habían puesto en crisis al DF.

Insurgentes, Paseo de la Reforma, Juárez, Avenida Hidalgo, Eje 1 Poniente Guerrero, Balderas, Chapultepec, eran ayer arterias libres. Un minúsculo bloqueo en Bucareli ya no fue nada comparado con la semana anterior. Había comodidad en las calles. La velocidad se había recuperado. La tranquilidad regresó al rostro de automovilistas.

“Visualmente es totalmente distinta, se ve la fluidez de autos y personas”, comentó Edgar, un oficinista que la semana pasada sufrió porque tuvo que dejar el automóvil en casa, en el Estado de México, y usar el transporte público. Eso para él fue fatal. “Te estropea el tiempo, detiene tus actividades”. Según él, no usar coche “me toma una hora más de traslados de lo que generalmente hago”.

Además, ayer el clima favoreció a la comodidad. Sin un sol extremadamente quemante, sin la lluvia que desquicia el tránsito. Hubo viento. Hubo un ambiente propicio para que la gente caminara por las banquetas del Paseo de la Reforma con un café humeante en la mano. O se sentara en las bancas de avenida Juárez.

Desde el cruce con Bucareli hasta el primer cuadro de la ciudad, los establecimientos mercantiles, bancos y edificios históricos conservaron la valla metálica colocada a finales de la semana pasada como escudo protector contra el vandalismo que acarrean algunas marchas. Pero se convirtieron en estorbos después del domingo. Ayer, no tenían ya sentido. No hubo marchas. No manifestaciones políticas. No caos.

Los autobuses del Metrobús avanzaron sin complicaciones. En Insurgentes y Reforma, uno de los nodos más complicados en día de marcha, la circulación no tuvo contratiempos en las horas de mayor tránsito vehicular.

Ante las marchas de la semana pasada, aseguran, los planes se modificaron. Había que buscar nuevas opciones para salir del embrollo. Ayer, no fue necesario. Al abordar el autobús, había certeza de la hora a la que se llegaría al destino planeado.

Mientras esperaba a que un bolero terminase de lustrarle los zapatos, Horacio Islas platicó que el peor día para él fue “la vez que cerraron el aeropuerto… Nosotros trabajamos en el Fiesta Americana, y nos afecta porque como tres horas para llegar, acercarte, no llegar siquiera, dejar a los clientes para que fueran caminando al aeropuerto a tomar su vuelo, ese fue el problema”. El hombre es taxista. Transporta a turistas. “Te podrás imaginar todas las groserías que decían de los manifestantes”. Ayer tuvo servicios a Naucalpan y a Polanco. Todo fue más tranquilo.

A la calle no salieron los uniformados malencarados de casco, escudo y botas, que no sonríen y que sólo reciben la orden de servir de barrera.

Angélica Reyes llegó varios días tarde la semana pasada. “No había cómo. Llegábamos todos tardísimo, enojados por las marchas”.

—¿Y los jefes qué les decían?

—“Ni modo, tu retardo”.



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