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La frase “ayúdame a regresar a mi hogar”, es común en anuncios de mascotas perdidas. La imagen del animal extraviado, el número de teléfono, las prescripciones médicas, si hay o no recompensa, son datos fundamentales; pero esta hoja no es sobre un perro o un gato perdido, sino un león africano de dos meses.

El cartel pegado en norte 70 al cruce con Ángel Albino Corzo no es el único, en la calle circulan cientos de volantes con la misma imagen.

Se han repartido en los lugares donde pudiera ser vendido, en mercados y tianguis, todo empezó el mismo día en que desapareció.

Desde sus 22 años, Miguel Herrera ha sabido lo que es cuidar de un león, lo que comen, el espacio que requieren, por eso la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales le otorga un permiso para tenerlo. A sus 52 años decidió volver a criar uno.

“Después de los ocho meses él estaría confinado en un lugar donde estaría para siempre. Como ya he tenido mascotas de este tipo, ellos (las autoridades) me dieron permiso de tenerlo hasta los ocho meses, vieron en una inspección el manejo que tengo con el cachorro, estos animales hay que irlos domesticando, tengo el espacio y los cuidados”, explicó.

Se lo llevaron

Hace un par de semanas notó que el cachorro Clarens rengueaba de las patas delanteras; un veterinario especialista le recetó calcio y un jarabe.

Hasta ese momento no había cuidados que Miguel no conociera; el mayor problema llegó el 13 de septiembre a las 20:30 horas, cuando acudió a una refaccionaria llamada Auto Zone, sobre la avenida Ferrocarril Hidalgo, perímetro de la delegación Gustavo A. Madero.

No se estacionó en el estacionamiento del inmueble, sino enfrente. Pensó que fue un descuido encontrar la ventana de su carro abierta.

“No me di cuenta, pero los de la tienda me dijeron que entraron dos chavos que compraron un volante, medio malandrines; el cristal del piloto estaba abierto, primero pensé ‘chin, lo dejé yo (abierto)’, pero cuando empecé a buscar le grité a Clarens y volví a revisar; vi que estaba roto (el cristal)”.

El martes 17 de septiembre le entregarán imágenes captadas por las cámaras del lugar. Para agilizar la búsqueda, Miguel imprimió 10 mil volantes que fueron repartidos en inmediaciones de la zona donde fue robado, así como en lugares donde probablemente podrían vender a Clarens, como el Mercado de Sonora y Tepito.

“La gente que se lo llevó no sabe, no le dará las medicinas. Este animal tiene un microchip, está registrado, todo está en orden, me hacen revisiones a las instalaciones donde lo tendré durante ocho meses, hay que tener los cuidados”, explicó.

El propietario no hizo una denuncia formal ante la Procuraduría General de Justicia del DF debido a la lentitud de los trámites. Decidió hacer un llamado por redes sociales y en carteles. La vida del cachorro está en peligro, afirmó.