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Los negocios establecidos en inmediaciones del Monumento a la Revolución, en la colonia Tabacalera, reportan pérdidas de entre 70 y 90% en sus ventas, debido al plantón que mantienen integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Desde hace tres semanas, los maestros se ubican en la Plaza de la República, después del desalojo ocurrido el 13 de septiembre, del Zócalo capitalino. En los últimos tres días, al campamento arribaron más docentes provenientes de Chiapas, por lo que el plantón se extendió detrás del Monumento, a unos metros de la avenida Insurgentes.

En los alrededores de la plaza, hay varios restaurantes, ninguno de ellos se encuentra a toda su capacidad, incluso aseguran que sus pérdidas empezaron desde que la CNTE llegó a la ciudad, hace más de dos meses.

Los locales tienen tareas y gastos extras a los habituales, a fin de impedir que los manifestantes ocupen desde los baños hasta el mobiliario de los locales o los espacios reservados como áreas de fumadores, ubicados al exterior.

Guillermo Rodríguez, encargado de La Casa de los Bisquets, mencionó que después de casi 14 años de funcionamiento, hay pérdidas entre 70 y 75%, que equivale a cerca de 25 mil pesos menos diarios. La gente no acude por temor o por el difícil acceso a la plaza.

“Nos ha afectado a nuestros bolsillos, porque hemos tenido que pagarle a un velador para que cuide esa área por la que pagamos a la delegación. En las noches, el velador nos ha reportado que los maestros se han metido a tomar, aquí en las sombrillas. Y también la constante insistencia de querer ingresar a los sanitarios, creen que porque es un restaurante tienen ese derecho, pero a nosotros eso también nos genera un gasto”, dijo.

El restaurante Correo Español tiene pérdidas de hasta 90%, que representa cerca de 15 mil pesos al día, comentó Gerardo Valencia.

El encargado del local detalló que también han recurrido a vigilancias nocturnas, en las que los empleados se turnan para quedarse en la noche y abrir al otro día, con el objetivo de impedir que los maestros invadan la entrada al local que, al momento de la entrevista, no atendía a comensal alguno.

En el restaurante Crisanta, optaron por delimitar sus accesos con cintas que prohiben el paso, bancas, costales con tierra y palos. Todo, con el objetivo de evitar que la instalación de casas de campaña se extienda.

La Soldadera es el único local que cerró durante tres días por el plantón.

La entrada del establecimiento se encuentra completamente invadida, por lo que empleados colocaron una manta a un lado del Monumento, a fin de señalar que sí dan servicio, pese a las obstrucciones que hay.

Comercios forman comité

Del giro restaurantero, son cerca de 20 establecimientos afectados; sin embargo, calculan que son más de 200 negocios —entre hoteles y pequeñas empresas— los que han perdido clientes.

Por tal razón, se han unido en un comité, a fin de generar documentos y buscar una respuesta a sus necesidades en los tres niveles de gobierno (delegacional, local y federal), pues las afectaciones han provocado que algunos establecimientos recorten su personal a la mitad.

En una junta realizada ayer, los afectados acordaron plantear tres exigencias principales a las autoridades: seguridad para empleados y clientes, liberación del acceso a las calles y apoyos económicos ante las pérdidas.