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Los carriles confinados construidos por el gobierno de la ciudad para dar agilidad a la movilidad del transporte público y la bicicleta han sido invadidos de manera impune por el ambulantaje en las inmediaciones de La Merced y Tepito.

Es el caso del carril confinado sobre avenida Circunvalación, en los alrededores del mercado de La Merced, por donde debería circular el Metrobús, y de la ampliación de la ciclovía del Paseo de la Reforma en el tramo de Eje 1 Norte a la calle de Matamoros, en la colonia Morelos.

En Circunvalación, los comerciantes ambulantes de temporada han invadido uno de los dos carriles del Metrobús para vender juguetes y ropa, principalmente, por lo que los peatones que acuden a comprar invaden el otro de los carriles confinados.

Ante ello, el autobús debe entonces circular por los carriles centrales de la avenida, junto con el resto del tránsito vehicular.

Los usuarios del Metrobús que desean abordar el autobús en la estación La Merced de la Línea 4 tienen que ir a “cazarlo” a los carriles centrales, pues no puede aproximarse a la banqueta.

En un recorrido de EL UNIVERSAL, se comprobó que en la zona no hay policías ni de Seguridad Pública ni de Tránsito, hasta el cruce de Circunvalación con Fray Servando Teresa de Mier, pero no actúan sobre el ambulantaje.

La invasión abarca desde la calle de Juan Cuamatzin hasta General Anaya, ante la complacencia del Metrobús, de la Secretaría de Seguridad Pública y de la delegación Venustiano Carranza.

Desaparece ciclovía

El otro carril confinado invadido es el de la ampliación de la ciclovía del Paseo de la Reforma, desde Garibaldi hasta Tlatelolco, en donde los comerciantes de Tepito colocan cada domingo su mercancía y sus puestos de comida.

Esa extensión de la ciclovía sobre Reforma que va desde avenida Hidalgo hasta Ricardo Flores Magón tiene poco más de un mes de colocada y se ubica en la lateral de esa vialidad principal.

Sin embargo, en el tramo de Eje 1 Norte a Ricardo Flores Magón, los franeleros de la zona estacionan los automóviles de los clientes que llegan a la colonia Morelos.

Elementos de la Policía Bancaria e Industrial que vigilan un edificio de la esquina de Reforma y Jaime Nunó dijeron que a ellos no les compete evitar o acusar a los franeleros, según platicó un ciclista inconforme.

Policías de tránsito que se encontraban en el lugar explicaron que “por seguridad de los ciudadanos que se quejan y de los mismos oficiales”, prefieren no intervenir.

“Son gente muy pesada, mejor les pedimos a los que reclaman que se retiren”, dijo el oficial de tránsito P. Anduaga, quien a pesar de contar con el aparato hand held para infraccionar, comentó que prefiere no meterse en problemas.