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Un hombre fue sentenciado a 24 años, nueve meses y 22 días de cárcel, por trata de personas, lenocinio y corrupción de menores, al convencer a una adolescente de trabajar, supuestamente, como acompañante de hombres, lo cual le planteó sería como tipo “edecán”. Pero en realidad la obligó a ejercer el sexoservicio en diferentes hoteles de la ciudad de México.

A la menor, que conoció a través de internet y luego de que ella le confiara que tenía problemas con su familia, el detenido la convenció de que se fuera de su casa a vivir con él, además de que ganaría buen dinero en ese trabajo. El sujeto fue encontrado penalmente responsable por los delitos descritos por el Juez 7 Penal con sede en el Reclusorio Preventivo Norte.

El hombre también recibió como castigo el pago de una multa equivalente a un millón 121 mil 565 pesos. Sin embargo, el individuo aún podrá apelar la sentencia en una segunda instancia en días próximos.

El anzuelo

Fernando conoció a su víctima, menor de edad, en 2010 por medio de un anuncio por internet donde ofrecía un buen empleo con horarios flexibles y abundantes ganancias para chicas que sirvieran sólo de acompañantes a hombres.

Luego, el sujeto la contactó personalmente y le dijo que el trabajo era lucrativo y que a esas mujeres se les conoce como scort, y que no eran prostitutas pues ellas solamente se dedicaban a “acompañar” al cliente a fiestas y reuniones sociales sin tener contacto sexual alguno.

Confiada por los dichos del sujeto, la joven tomó la decisión de irse de la casa de sus padres debido a que tenía problemas familiares.

Datos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) indican que la primera ocasión que la chica salió de su casa fue en octubre de 2010, y el ahora sentenciado la alojó en su casa diciéndole que con el dinero que ganara como scort podría pagarle la renta, pero que primero estaría a prueba.

De esta manera, llevó ala jovencita a un hotel donde ya estaba esperándola un hombre al que nunca había visto y con quien tuvo relaciones sexuales, mientras Fernando la esperaba a la salida del hotel para instruirla sobre cómo y cuánto debía cobrar por cada relación sexual que ofreciera, aparte de que tenía que darle una parte de las ganancias.

Además de eso, el sujeto le tomó fotografías desnuda a la muchacha.

Después de un tiempo la chica enfermó, por lo que la menor decidió regresar al domicilio familiar.

En marzo de 2011 volvió a discutir con su madre y se ausentó nuevamente de su casa, según la investigación de la PGJDF.

La chica se puso en contacto nuevamente con Fernando, quien la llevó a otra casa con el mismo concepto del pago de renta. Ahí la obligó a tener relaciones sexuales con él porque le dijo que la estaba ayudando.

Para que aparentara más edad, Fernando le compró maquillaje y le dijo que se arreglara más.

La menor dijo que durante una noche la llevaba a tres o cuatro hoteles para que, según él, acompañara como “edecán” a los hombres. Después le dio un chip para que recibiera llamadas directamente de los clientes.

Al enterarse la familia de la adolescente de lo que sucedía, denunció a Fernando por trata de personas.