Heaven: se cumplen 2 meses del plagio
TRISTEZA. Los familiares se manifestaron con mantas, globos blancos y veladoras en las manos . (Foto: JORGE RÍOS EL UNIVERSAL )
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“Son 60 días, ¿cuánto más hay que esperar? Los queremos de vuelta ya”, exclamaron los familiares de los 12 jóvenes desaparecidos del bar Heaven, de donde fueron sustraídos la mañana del domingo 26 de mayo.
Al cumplirse dos meses de la desaparición, sus familiares —la mayoría habitantes del barrio Tepito— se reunieron a las 19:00 horas en la escalinata del Ángel de la Independencia y extendieron sus mantas con la imagen de sus seres queridos. Casi todas tenían la misma consigna: “Ayúdanos a encontrarlo”.
“Hay nombres, hay lugares, hay cosas, pero nada más”, dijo sobre las investigaciones de la Procuraduría capitalina, Leticia Ponce, madre de Jerzy, de 16 años, el más joven de los desaparecidos. “Su ausencia duele”, comentó con voz entrecortada.
Los familiares salieron con sus mantas y globos blancos en las manos rumbo al último paradero de los 12 muchachos.
En la puerta blanca del establecimiento pegaron más cartulinas con las fotos de sus seres queridos. Las madres prendieron decenas de veladoras y soltaron globos blancos con los nombres de los chicos.
“Te esperamos en casa”, exclamó al lanzar el primer globo una joven familiar de Alejandro Said, otro de los desaparecidos.
Previo a la manifestación de los familiares, la PGJDF ingresó a Ernesto Espinosa Lobo al Reclusorio Preventivo Oriente, como probable responsable del delito de secuestro agravado, por la desaparición de los 12 jóvenes. En cumplimiento de una orden de aprehensión girada por el juez 25 penal se levantó la orden de arraigo y por ello fue trasladado al penal.
La consignación se hizo sin que hubiera rendido su declaración ministerial, pues siempre se negó a hacerlo.
Pero para los familiares de los desaparecidos “los resultados se darán cuando aparezcan”.
La noche cayó sobre la calle Lancaster, donde está el bar —ahora clausurado— de donde salieron por su propio pie y se los llevaron en diferentes autos, según los videos que mostró la autoridad. Pero los ánimos, la esperanza, dijeron, se pierde al final.
A dos meses de no ver a los jóvenes, y de orar porque aparezcan, la gente poco a poco se marchó a sus hogares con la misma inquietud: ¿dónde estarán?, ¿cuál será su estado de salud?, ¿qué comerán? Pero con una convicción en común: “Confío en que estén vivos. Como dicen: vivos se los llevaron, vivos los queremos, así que a quienes los tengan, ya libérenlos”, expresó María Victoria Barranco, madre de Alán Atientia. (Con información de Claudia Bolaños)