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Las botellas vacías de cerveza y refrescos, que doña Carmen almacenaba en su casa amanecieron flotando entre las aguas negras que invadieron el inmueble ubicado en la colonia Las Águilas, en Nezahualcóyotl.

Mientras que para la jefa de familia es un martirio el sufrir una vez más de inundaciones, para Lesly, su pequeña hija, de ocho años, el entretenimiento iniciaba, pues recostada sobre la cama jugaba con los cascos imaginando que eran barcos que se hundían.

“Deja Lesly, es agua sucia”, le repetía a la pequeña, quien continuaba en su juego, mientras que la mujer utilizaba un jalador y trapos, para sacar el agua.

La tormenta inició alrededor de la seis de tarde del viernes, cuenta doña Carmen. Tratamos de poner los muebles arriba de tabiques, pero no fue suficiente, el agua se metió muy rápido, no pudimos detenerla.

Durante la noche y madrugada de ayer, el nivel de la anegación en la casa ubicada en la Calle 2, alcanzó el medio metro.

“Nos llegaba a las rodillas y tuvimos que permanecer arriba de la cama y en los sillones”, explica.

Su hermana, quien vive en el cuarto contiguo prefirió dejar todo bajo llave. Sacó sus documentos y se fue con sus dos pequeños hijos a la casa de su suegra.

Doña Carmen coincide con el resto de sus vecinos: que esta se ha convertido en la peor inundación que han sufrido, en comparación con años anteriores.

“Este es mi único patrimonio, no me puedo ir a otro lado”, dijo la mujer.