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“¿Es broma?”, dijo Martín al enterarse que la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno capitalino (Sedeso) llevará a cabo un programa para enseñar chino mandarín a estudiantes del Barrio de Tepito que cursen los niveles de primaria y secundaria.

La dependencia anunció que el curso consiste en un programa piloto que irá acompañado de clases de robótica educacional.

Participan en la enseñanza la Casa de China de la Universidad Autónoma Metropolitana y el Grupo de Transrobótica del Centro de Ciencias de la Transición.

En conferencia de prensa, Rocío Bárcena Molina, directora general del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores (INAPAM), mencionó que el curso busca generar conocimiento en los menores.

“Todos los niños tienen la capacidad de desarrollar pensamiento científico, artístico; lo importante y la condicionante no es la capacidad del niño, sino las condicionantes sociales y económicas en las que se desenvuelve”, afirmó.

Aseveró que el idioma “llama mucho la atención” a los niños de la zona porque tienen referencias de China y aceptó que el proyecto será un reto para la dependencia, pues buscan demostrar que cualquier menor puede obtener conocimiento con las condiciones adecuadas.

El proyecto comenzará con un grupo de 25 alumnos de la colonia Morelos, quienes serán seleccionados conforme a sus ganas por participar. Aproximadamente en tres semanas, los estudiantes podrán recibir las clases de forma gratuita.

Heinz Dieterich, director del Centro de Ciencias de la Transición, señaló que la convocatoria está abierta a cualquier niño que se disponga a aprender.

En el diálogo, dijo el reconocido científico, encontrarán las posibilidades para que nadie quede fuera, por eso no se realizará ningún examen de admisión.

El aprendizaje del idioma, comentó, permitirá que los estudiantes obtengan una beca para viajar a China, y a la larga dará mejores oportunidades de trabajo.

“Puedes estar casi seguro de que vas a encontrar trabajo muy bien pagado como traductor y eso fue la responsabilidad que nos motivó a decir que el chino mandarín debe ser una oferta”.

Explicó que lo ideal sería tomar las clases de chino mandarín cuatro veces a la semana dos horas por sesión, y de robótica dos veces por semana con el mismo tiempo de clase; no obstante, los horarios se definirán en cuanto arranque el programa.

Ante el anunció de la dependencia, Martín, comerciante de Tepito, señaló que aprender el idioma contribuiría para ampliar la educación de sus hijos, pero dudó en cuanto a su utilidad en el campo laboral.

“La verdad no sabría decirte, pero ahorita el lenguaje que resulta ser más internacional viene siendo el inglés, ¿no?”, dijo.

Sobre la robótica, consideró que es una materia interesante para los niños, por lo que apoyó su enseñanza.

Antonia Contreras, cuya nieta acude a la primaria, opinó que los conocimientos del idioma son una herramienta para estudios universitarios. “Estaría medio tremenda la pronunciación, pero sí estaría muy bien”. De robótica dijo no conocer nada.