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La presencia policial en el Zócalo capitalino disminuyó, en comparación con lo observado hace más de un mes cuando policías federales cercaron la plaza de la Constitución luego de desalojar el plantón de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Ahora sin vallas y con acceso libre a la plancha, sólo se observan policías capitalinos, entre ellos granaderos que vigilan los edificios que sede del Gobierno del Distrito Federal mientras que elementos de otros agrupamientos mantienen una presencia discreta en puntos como la Catedral Metropolitana y calles como Madero.

La Feria del Libro del Zócalo es un incentivo que aumentó visiblemente el número de visitantes al primer cuadro de la capital, luego de que fuera casi imposible entrar.

Aunque en el Circuito de la Plaza de la Constitución se permite a medias la circulación de autos, pues el tramo que va de Palacio Nacional a la Catedral está cerrado y por este caminan cientos de visitantes.

“Veníamos cada 15 días a comer a diversos restaurantes, pero ya no veníamos por miedo con los plantones, ahora veo bien el Zócalo, porque se ven muchos jóvenes, compran libros, e incluso me siento seguro”, dijo Antonio Aranda, quien con su esposa María Marcela, llegaron a la Feria del Libro provenientes de Cuernavaca, Morelos.

“Hace como un año que no venía y apenas hace una semana regresé al zócalo a ver los edificios, porque me gusta mucho la arquitectura, y ahora vine a la feria del libro porque siempre vengo a este evento”, expresó Jennifer Márquez, de 20 años, habitante de Ecatepec, Estado de México.

A un costado de la Catedral, continúan las labores para reparar un socavón que con el plantón magisterial no había sido reparado. La gente fluye, satura los accesos de la estación Zócalo del Metro.

Otro síntoma de que el Zócalo vuelve a su rutina, como uno de los sitios turísticos preferidos en el DF, es la recuperación de los establecimientos mercantiles. “Han mejorado las ventas, estamos a un 70%, esperamos que con el Buen Fin (un fin de semana de descuentos) y con diciembre nos podamos reponer”, dijo Mario, trabajador de una tienda de trajes de caballero en Cinco de Mayo, calle que había sido ocupada por el plantón de los maestros de la CNTE.

“Mejoró las ventas hace tres semanas, la primera semana después del retiro del plantón, la gente todavía tenía miedo de venir”, añadió Lilia Dávila, de un comercio de jugos y tortas en la misma calle.