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NATAL, Brasil.— Las calles están abarrotadas por miles de estudiantes, trabajadoras y trabajadores con carteles contra el aumento de la tarifa del transporte público. No hay espacio libre en las calles del centro de Salvador Bahía. Cuando el alcalde anunció la medida, nunca previó el rechazo que la población en la calle y lo llevaría a renunciar.

La imagen es la escena con la que inicia el documental A Revolta do Buzu, del cineasta Carlos Pronzato, una obra que ha inspirado a manifestantes aquí en Brasil para alzarse contra la amenaza de alza de precios en el trasporte público.

En 2003, en la ciudad de Salvador Bahía, del noreste de Brasil, un colectivo de estudiantes se levantó contra el alza de precios y su protesta fue seguida por miles. De los 10 puntos de su pliego petitorio consiguieron nueve, entre los que estaban la rebaja de 50% en la tarifa a estudiantes y graduados, y descuento fines de semana y días feriados.

Esas protestas, que duraron 10 días en Salvador Bahía, fueron inspiración para otras en el país. En 2004 alentaron las de Florianápolis, en la famosa Revolta da Catraca o Amanhã vai ser maior.

Luego, para 2005, durante el Foro Mundial Social (FMS) realizado en Porto Alegre, al sur de Brasil, cientos de estudiantes y trabajadores agrupados tras las protestas contra el alza de tarifas constituyeron la organización Passe Livre.

El principal objetivo de Passe Livre es que haya un cambio en la política del transporte de los gobiernos en las ciudades, del sistema privado al gubernamental, y que garantice el acceso de manera universal para cumplir el derecho al goce de las ciudades.

Para esta organización la creación de un sistema de transporte sin exclusión social es posible con el pago de los impuestos y sin corrupción de los políticos y gobernantes.

Dentro de las acciones del Movimiento Passe Livre (MPL) está realizar trabajos de divulgación, estudios y análisis de los sistemas de transporte locales y sensibilizando de sus importancia al acceso universal a diferentes actores de la sociedad.

Se caracterizan por realizar manifestaciones de acción directa, intervenciones lúdicas como performance y propuestas de Ley que garanticen el acceso universal al transporte público gratuito.

Este movimiento fue el pilar para las multitudinarias protestas en junio del 2013 aquí en Brasil y que movilizaron a miles en decenas de ciudades ante el anuncio del Gobierno de incrementar las tarifas de transporte público.

A seis meses de que arranque el Mundial de Futbol, en las ciudades que serán sede se ha podido constatar, en un recorrido realizado por EL UNIVERSAL, que esas protestas continúan en las calles con pintas en lugares públicos, aunque actualmente ya no son tan visibles como lo fueron durante la Copa Confederaciones.

El MPL se organiza aquí en Brasil a través de principios de horizontalidad que lo han vuelto popular y lo han blindado de la intervención gubernamental para desmantelarlo.

Los principios del Movimento Passe Livre son la independencia, el apartidarismo, la horizontalidad y las decisiones por consenso en asambleas populares en cada uno de los lugares donde surge.

Hoy en las calles de ciudades turísticas emblemáticas como Río de Janeiro o Sao Paulo, o en provincias del noreste como Fortaleza o Natal, hay pintas que critican el excesivo gasto del gobierno de Brasil en el Mundial y la intención de incrementar el pasaje.

En México, durante las protestas organizadas por #PosMeSalto, integrantes de este colectivo brasileño Movimiento Passe Livre participaron en acciones directas.

Las protestas en Brasil lograron frenar un aumento de 20 centavos en las tarifas del transporte público. En la Ciudad de México las protestas son motivadas por el alza de 66% en el costo del boleto en el Sistema de Transporte Colectivo.