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Los hermanos Macario y José Guadalupe, de la familia Durán, tenían antecedentes de ser los responsables de la muerte de por lo menos cinco hombres, debido a disputas por el control del mercado de estupefacientes. El 18 de octubre, con un arma larga y otra de calibre menor, asesinaron a tres jóvenes de 12, 13 y 17 años, quienes les hacían competencia al pertenecer a un grupo antagónico de narcomenudistas, informó el procurador capitalino, Rodolfo Ríos Garza.

En conferencia, informó que antier fueron detenidos como los autores intelectuales y materiales del crimen de los tres adolescentes, quienes tenían tres meses vendiendo drogas.

Un consumidor avisó a la Policía de Investigación que sabía de seis puntos de venta de droga en las colonias El Carmen, El Castillo, Ahuehuetes y Cocoyotes, delegación Gustavo A. Madero (GAM), y que en uno de ellos operaban los menores asesinados de 130 disparos.

“En el primero de los puntos señalados (colonia El Carmen, donde vive la familia Durán, según las investigaciones), conocido como Los Tubos, es donde desde hace tres meses los menores se dedicaban a la venta de mariguana, cocaína e inhalantes”, indicó el funcionario.

Como ellos, en lo que va del año se han detenido en la GAM 62 adolescentes de entre 13 y 17 años, relacionados con delitos contra la salud en su modalidad de comercialización, pero la mayoría quedan en libertad bajo las reservas de ley, dijo.

Multihomicidas

Ríos Garza agregó que los hermanos Durán tienen orden de aprehensión girada por el Juzgado Noveno Penal del Reclusorio Preventivo Norte, como probables responsables de tres homicidios ocurridos en diciembre de 2012 y al ser detenidos se les encontró una bolsa con mariguana y un arma calibre 9 milímetros y dos cargadores.

Dicha arma está relacionada con esas muertes y con las de los tres menores de edad, el 18 de octubre.

El 3 de abril de 2008, la Procuraduría emitió un comunicado, indicaba que Macario y Fernando, otro de sus hermanos, fueron detenidos acusados de la muerte de cinco personas cometidas un bar y en calles de Castillo Chico; fueron exonerados.

Ayer, el procurador dio una conferencia en la que indicó que Macario siempre usaba un chaleco antibalas, y su hermano llevaba una subametralladora, porque tenían varios enemigos, según la declaración de narcomenudistas y adictos. Ambos se reunían en la casa de José Guadalupe para defender sus plazas y vender droga. Ahí también planearon el atentado contra los tres menores.