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Como "polizón", pero va a correr

Rafael Montes| El Universal
Viernes 23 de agosto de 2013
Como

MOTIVACIÓN. Estela es una corredora solitaria pero con causa. Inició en este deporte cuando sus médicos le advirtieron que tenía sobrepeso. (Foto: PERLA MIRANDA EL UNIVERSAL )


rafael.montes@eluniversal.com.mx 

“Si no me dejaran pasar…”, se encoge de hombros Estela Rodríguez, de 63 años, “…diría que es mala suerte y me iría al autódromo, a dar mis vueltas, como fui hace rato”. Hace 10 años que corre todos los días y aunque no pagó para participar en el 31 Maratón Internacional de la Ciudad de México y no tiene un número oficial, piensa meterse a la carrera y llegar a la meta.

Desde que empezó a correr sólo ha participado oficialmente en tres medios maratones. Pero ha corrido en más de 60 justas, de todas las distancias y ocasiones. Para este domingo la mujer no alcanzó a juntar los 350 pesos necesarios para inscribirse, pero está decidida a recorrer el medio maratón y cruzar la meta en el Estadio Olímpico Universitario.

“Lo voy a ir a correr, aunque me meta así nada más, pero lo voy a ir a correr”, promete la mujer.

Estela es una corredora con causa. Empezó a ser deportista porque sus médicos le advirtieron que tenía un sobrepeso importante, de más de 12 kilos. Le dolían las piernas. No podía subir escaleras porque se cansaba.

Se preocupó por su salud. Entonces, empezó a hacer ejercicio, a adquirir hábitos deportivos y ahora, nadie la detiene.

“Me iba al velódromo y no corría, no caminaba ni 500 metros cuando ya estaba cansada, pero poco a poco y ahora yo misma me sorprendo de lo que puedo hacer”, dice la mujer de pelo largo y canoso, de pants y tenis, que el mediodía de ayer fue a curiosear a las inmediaciones del estadio de Ciudad Universitaria, en donde miles de corredores fueron a recoger su número, su playera y su chip para la carrera.

Pero esos accesorios para ella son secundarios: “No me importa, porque yo corro por mi salud, si puedo, si me dejan pasar, qué bueno; si no, de todos modos yo el año que entra si puedo, estaré aquí”.

Platica que “después de que empecé a correr me animé a participar en las carreras y participo en la que puedo, casi siempre hago alguna carrera a la que voy y nada más me meto, como de polizón, jajaja. En algunas me da mucho gusto que sí me dejan pasar y me dan la medalla, pero en otras me sacan, me dicen va pa fuera, usted no pagó”.

Aún así, dice, “me da mucho gusto participar, me den o no me den, porque no soy la primera, pero tampoco la última”.

En los ratos que le quedan libres, después de su labor en un restaurante en el que es cocinera, se va a correr para relajarse. Hace entre una hora y media y dos horas. Elige entre la Ciudad Deportiva o Chapultepec o los Viveros de Coyoacán. Le varía para no aburrirse.

“Mi familia se sorprende porque llego de trabajar a las 7 o 6 de la tarde y a esa hora les digo ahorita vengo, voy a caminar un rato. Esto se hace un hábito”.



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