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Dos letras los representan y para muchos, en caso de emergencia, son también una salvación. Para entrar hay que pagar un precio, entre tres y cinco pesos, de preferencia con cambio. Son el negocio que ha existido por décadas y que ahora se transforma y surge como un “nuevo” negocio; los baños públicos o WC como también se anuncian.

En lugares estrechos se han instalado, un letrero basta para muchos que emprenden su improvisado negocio. Otros cuentan con toda la infraestructura, desde el papel de baño, hasta modernas alcancías automáticas que regulan el paso de los usuarios.

Gerardo López Becerra, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope) explicó que el concepto de baño público ha cambiado.

Hace décadas la gente los usaba para bañarse; hoy esos negocios están en peligro de extinción pero otros similares han surgido para cumplir sólo la necesidad de dotar de un lugar apto para “hacer del baño”.

En los últimos ocho años, dijo López Becerra, se han incrementado el número de personas que ven en los baños públicos un nicho de negocio, sin embargo veces surgen de manera improvisada.

La principal necesidad está en las grandes concentraciones de gente, conciertos, partidos, manifestaciones y zonas comerciales en las que se entiende que habrá quien requiera del servicio.

“Es lamentable que en un lugar donde se reúne una gran cantidad de población no hay baños públicos, y uno de estos lugares es curiosamente el Centro Histórico en donde confluyen comerciantes, paseantes y turistas. No hay un lugar que cumpla con las necesidades de un baño público y las personas tienen que pedir permiso a hoteles o restaurantes, quienes ya se niegan a prestar el servicio”. Los baños públicos surgen de una necesidad y se han instalado en los paraderos de rutas de combis, o en mercados.

“Los niños también pagan”

El costo por acceder a un baño público es variable, en promedio se deben pagar entre tres y cinco pesos; incluye un trozo de papel, agua y jabón para lavarse las manos y “los niños también pagan”, se advierte en los locales.

López Becerra comentó que ante la proliferación del negocio de baños públicos es necesario establecer mecanismos de regulación, principalmente en el uso del agua.

La Cámara tiene registrados 12 baños públicos, en la zona aledaña al Centro; ocho de ellos han surgido en los últimos cinco años.

Cuatro pesos es lo que se paga por entrar a los baños instalados en el paradero de microbuses del bajopuente de la estación del Metro Boulevard Puerto Aéreo. Felipe Pardo, uno de los socios del negocio de baños públicos y que pertenece a la Ruta 98 de microbuses de esa terminal, explicó que “el negocio se puso primero pensando en los choferes, luego en toda la gente porque había mucha suciedad. Ahora ya tienen dónde hacer sus necesidades y a un precio justo”.

Aproximadamente entran diariamente 500 personas a esos baños públicos que están abiertos de 9 de la mañana a 10 de la noche.

Justo unos metros más adelante hay unas nuevas instalaciones de baños.

Leticia Hernández Estrada casi nunca utiliza los baños públicos “porque luego están muy sucios y prefiero aguantarme”. La limpieza y vigilancia son sus demandas y asegura que “a veces no es justo que cobren por los niños porque entran con su mamá y hasta ponen ´los niños también pagan´”. “Más calidad, más servicio y más papel”, es lo que se oferta por cinco pesos. Celia tiene dos hijas a quienes “a cada ratito les anda del baño y luego no hay lugares para ir”, por eso dijo que es “muy útil tenerlos cerca”.

Abel trabaja en los baños públicos Álamo, ubicados en la calle de San Pablo en la colonia centro. Su labor consiste en cobrar, dar el cambio, echar el dinero a la alcancía y otorgar el papel que corresponde. Según Abel los jueves en promedio llegan a entrar al sanitario hasta 150 personas, los viernes y sábados entrar hasta 300 personas.

Regulación

Genaro Mendoza, gestor de la Canacope, explicó que lo primero que se debe para abrir un negocio de baños públicos es contar con un permiso de uso de suelo comercial, avisar a la delegación, contar con la evaluación de protección civil, y una serie de requisitos que en promedio tardarían 20 días] en obtener.