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A esta zona le llaman el andén. Es el patio de maniobras de camiones de la basura y proveedores del mercado de Granaditas, pero ayer, 14 de octubre, fue más.

El olor a carnitas se disipó de los pasillos de la zona de la Lagunilla y Tepito. Es el 56 aniversario de los 10 mercados del barrio y todos están de fiesta.

Ahora viene la hora del “bailongo y el chupe”. La tarde cayó mientras el tequila, el brandy, los hielos y los vasos aparecían sobre los aparadores. Algunos bajaron sus cortinas, otros bebieron escondidos entre la ropa.

Fieles a una tradición con la que crecieron y que va en decadencia, persiguieron el sonido de las bocinas, el retumbar del piso, para encontrar el grupo musical que animó la tarde en el traspatio del mercado.

“Ya se está perdiendo la tradición, pero los que estamos, festejamos de a poquito, porque no hay pa’ más”, platicó Rodolfo Bernal, un vendedor de antojitos que, unas copitas encima, lo hicieron hablar más.

Alrededor de la pista improvisada, unos se acomodaron y platicaron desde las sillas, mientras veían el espectáculo de esos hombres y mujeres de pies ligeros, intrépidos bailarines.

“El baile es una cosa muy bonita, a uno que le gusta, porque te da la vibra de convivir; el barrio es lo mejor que puede haber en el baile, el barrio de Tepito..., aquí bailas por el corazón”, aseguró José Luis Pérez, vendedor de tenis, “mejor conocido en el barrio como El Tíbiri”.

“Hace muchos años yo fui al California (Dancing Club) y bailé con More Escudero, a la que le decían Las Piernas del Millón.

“Bailé yo con una huarachita y todo y no me agarró el ritmo ¿por qué? Porque yo bailo de barrio, lo que debe de ser. Y dijo: ‘oye Tíbiri, es que bailas mucho’,‘es que desgraciadamente así soy yo de barrio y tú eres otro rollo’, le dije”.