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Rodolfo Vega, padre e hijo, son habitantes de Tláhuac y denunciaron que la maquinaria pesada con que se trabajó en la edificación de la Línea 12 del Metro, generó daños en sus viviendas, como cuarteaduras en paredes y en el piso de la sala, recámaras y la cocina, donde además se tronó la losa.

“Tenemos daños estructurales y la casa se está hundiendo, la casa se partió en dos”, afirmó Rodolfo, padre.

Al principio, reconoció, no dieron importancia a las grietas que aparecieron, sin embargo, el tiempo las agrandó y fue entonces cuando la familia tomó cartas en el asunto.