“El día que salió tuve un mal presentimiento”
RECLAMO. Familiares de Rafael Rojas protestaron en diversas ocasiones. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )
claudia.bolanos@eluniversal.com.mx Rafael Rojas Marines, de 33 años de edad, fue ubicado como uno de los cinco identificados por la PGR como víctima asesinada y sepultada en una fosa clandestina. Fue identificado por las placas metálicas que le pusieron en el cuerpo al caer de una motocicleta el 12 de diciembre de 2011. Tornillos y placas, en el torso y en un tobillo, le fueron puestos al casi matarse al caer de un puente y estar a punto de lesionar a varios peregrinos en la zona de la Basílica. Su mamá, Ruth Marines, durante los tres meses de búsqueda siempre se mantuvo al margen de los medios de información, y ayer no fue la excepción. Sin embargo, fuera de grabadora narró que ella, a diferencia del resto de las mamás, sabía que no encontraría con vida a su hijo. Triste, pero sin derramar lágrimas, dijo que aparentemente estaba tranquila, y que quizás era porque desde hacía tiempo había perdido la esperanza. El día en que su hijo se arregló para salir a bailar a la discoteca Crystal, en Insurgentes, y luego acudir al bar Heaven, en la Zona Rosa, tuvo un mal presentimiento. “Vi salir a mi hijo y sentí algo muy feo, como con ganas de querer regresarlo, de que no saliera”. Sus primos lo recuerdan como un hombre alegre, entusiasta, que gustaba del baile y de las emociones fuertes, y es por eso que gustaba de andar en moto, hasta esa vez que casi pierde la vida. Su accidente vial fue noticia. Los médicos lo salvaron al ponerle las placas y tornillos en torso y tobillo, que luego permitieron identificar sus restos hallados en una fosa clandestina, el pasado jueves.