Certifican a presos en diversos oficios
EXPERIENCIA. Entre los reclusos hay uno con estudios en gastronomía en Francia, él da clases a sus compañeros . (Foto: ARIEL OJEDA / EL UNIVERSAL )
claudia.bolanos@eluniversal.com.mx
El Reclusorio Oriente será el aval de sus internos que se capaciten y certifiquen con mano de obra calificada, pues una vez en libertad, varios tienen tienen problema para conseguir un trabajo.
Para facilitarles su reinserción a la sociedad, la Subsecretaría del Sistema Penitenciario impulsa 37 talleres industriales, artesanales y de servicios, los cuales cursan mil 44 internos a la fecha.
Al realizar la primera Expo Capacitación, los internos mostraron sus avances en talleres como electrónica y robótica, gastronomía gourmet, peluquería, mecánica automotriz, panadería, plomería, entre otras.
El director del Reclusorio Oriente, Hermilo Velázquez, explicó que cuando las personas en internamiento quedan en libertad y piden trabajo no se los dan por no estar certificados y haber estado en prisión.
"Les preguntan: ¿tienes algún documento?, y la respuesta es no, y al cuestionarlos sobre dónde estuvo anteriormente y responder que en el reclusorio, menos los emplean. Pero si saben que están certificados y tienen un aval moral, del instituto, ya sea del Sistema Penitenciario o de las mismas direcciones de los reclusorios, para garantizar que es confiable, que tendrá una vigilancia con trabajo social, a través de un seguimiento, entonces cambia la situación", dijo.
Son los internos de menor riesgo los que tienen acceso a dicha capacitación, pues en los talleres tienen acceso a maquinarias y tijeras.
Con estudios en Francia
Carlos "N", de 58 años, es un gourmet con estudios en Francia, de la Universidad Cordón Blue, egresado en 1995, quien ingresó a prisión por un delito que no quiere mencionar.
Viste una galopina y una toca (gorro) del único color que visten los internos: beige, el cual fue confeccionado por los que estudian sastrería, quienes además hacen los uniformes para los internos de nuevo ingreso.
Él comparte sus conocimientos con un grupo de 85 alumnos que cursan nivel básico, intermedio o medio avanzado: "Yo aquí les enseñó el manejo y arte de poder guisar con el producto cien por ciento natural y delante de un comensal".
Hace cuatro años y cinco meses fue acusado por una imputación de culpa, pues el delito no se cometió. En año y medio terminará su sentencia y podrá obtener su libertad.
Con ayuda del Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial (Cecati), otros internos con conocimientos artesanales, industriales o de servicios fungen como maestros, entre ellos quien da el taller de modelado en jabón. "Tengo muchos alumnos muy buenos, avanzados en ello, que viven de esto y ayudan a sus familiares", explicó Gerardo "N", profesor de dicho taller.