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El secuestro de 12 jóvenes en un bar de la Zona Rosa fue uno de los casos que marcaron la administración del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera. Este suceso no sólo puso en duda la seguridad de los capitalinos; evidenció la participación de policías en actos ilícitos.

Fue la mañana del 26 de mayo cuando los chicos, en su mayoría originarios de Tepito, presuntamente fueron obligados a subir a diferentes vehículos para ser plagiados cuando se encontraban en el bar Heaven, situado en calle Lancaster de la colonia Juárez.

La tarde del 30 de mayo el propio Mancera Espinosa confirmó la desaparición, por lo que la PGJDF inició una averiguación previa.

El 31 de mayo, la procuraduría dio a conocer que entre las víctimas se encontraban los hijos de Jorge Ortiz Reyes, El Tanque, y Alejandro Sánchez Zamudio, El Papis, sentenciados por estar ligados a una organización delictiva dedicada a la extorsión y el narcomenudeo que operó en Tepito entre 1998 y 2003.

El 4 de junio, la PGJDF dio a conocer que el asesinado de un presunto narcomenudista afuera del bar Black, en la Condesa, perpetrado dos días antes del plagio, había desatado el secuestro.

Después de casi un mes, el 28 de junio, la Procuraduría General de la Republica (PGR) detuvo a Espinoza Lobo, principal accionista del bar Heaven. Cuatro días después la PGJDF consignó al Reclusorio Oriente a tres presuntos implicados en la desaparición.

El gobierno puso una línea telefónica y ofreció 10 millones de pesos para quien proporcionara información útil para dar con los chicos.

El 22 de agosto, en un operativo de la PGR en el rancho La Negra, en Tlalmanalco, Estado de México, se hallaron restos humanos en una fosa. De inmediato se sospechó de las víctimas del Heaven.

Un día después se arrojaron los primeros dictámenes en los cuales se confirmó que los restos correspondían a los de los jóvenes.

Por estos hechos la procuraduría detuvo a 11 personas: a los propietarios del bar y sus empleados; a los autores materiales y a varios de policías, uno de los cuales fue juzgado por participar en el plagio.

El caso prácticamente fue cerrado, pero sólo cuatro cuerpos han sido entregados a sus familiares. Otros nueve permanecen en el Instituto de Ciencias Forenses, pues los deudos consideran que sus seres queridos continúan vivos.