En pleno siglo XXI, el papel de la mujer en todos los ámbitos sigue sin reconocimiento y lo peor, persisten el machismo, las conductas misóginas, la violencia y la discriminación, aseguró hoy aquí la escritora Beatriz Rivas (1965).

Entrevistada a propósito de la edición conmemorativa de "La hora sin diosas" a diez años de su publicación, la autora consideró que la mujer sigue siendo ignorada y minimizada tanto por la sociedad como por las instituciones y los organismos.

"Lamentablemente el papel de la mujer no está reconocido, sigue con muchas desventajas económicas, emocionales, profesionales, etcétera. Me parece que sería interesante hacer una investigación sobre ello", dijo.

La autora de obras como "Viento amargo" y "Todas mis vidas posibles", consideró que a pesar de que hay muchas mujeres "valientes" e "independientes", tienen que pagar un alto precio por llegar hasta la cima profesional sin tratar de abandonar su vida personal.

"Y también están las anónimas que siguen haciéndose cargo de sus casas, de sus hijos, tienen que trabajar, llevar ropa, alimento y la quincena a su casa", señaló.

"La hora sin diosas" presenta a Daniel Ponty, un hombre centenario que dicta a su nieta sus memorias y los tres amores que marcaron su vida: Lou Andreas Salomé, a su vez amor imposible de Friedrich Nietzsche; Alma Mahler, inspiradora de una obra musical sin precedentes; y Hannah Arendt, filósofa, alumna y amante de Martin Heidegger.

Como un coleccionista de momentos, ideas, recuerdos y personajes, Daniel Ponty vivió estos tres amores por la suerte que le dio su profesión de médico, haciéndose confidente, cómplice y consuelo de cada una de ellas; situándonos en Rusia y Viena de finales del siglo XIX, los años de la Gran Depresión y el París de la posguerra, el inicio de un nuevo siglo que se presiente más libre y convulso.

A través de Daniel Ponty, Beatriz Rivas recrea las corrientes artísticas y filosóficas que imperaron en esos años, nos presenta el universo de personajes que marcaron el rumbo del siglo XX y nos adentra en la intimidad de Sigmund Freud, Heidegger, Gustav Klimt, Gustav Mahler, Nietzsche, August Rodin y René Rilke.

Pero sobre todo, "La hora sin diosas" es una historia de mujeres que se enfrentaron a los convencionalismos sociales de la época, a hombres que veían en ellas una fuentes de inspiración y de competencia, un refugio y una provocación.

"Son tres mujeres que están hechas de lecciones: Andreas Salomé, fue la mejor psicoanalista, la mejor alumna de Freud, tuvo muchos hombres en su época todos ellos, extraordinarios; Alma Mahler, fue amante de Oskar Kokoschka y de Gustav Mahler, fue una mujer compositora y pianista, una gran musa; por lo que hace a Hannah Arendt destacó por ser politóloga, socióloga y filósofa", dijo.

De acuerdo con Rivas, "lo que me gustó de ellas es que se adelantaron a su época, fueron mujeres independientes, pues cada una conquistó lo que quiso, como el caso de Hannah que estudio en una época en donde solo los varones acudían a las aulas".

"Son mujeres que se adelantaron a todo, que van allá de sus límites, fueron congruentes con su voz y pensamiento y buscaron una relación de pareja, además de que fueron grandes creadoras" , destacó.

Según Rivas, "en esta novela hay mucho de mí, porque hace 10 años cuando la comencé a escribir, no me atrevía a decir las cosas que ahora digo, como el que no tenemos por qué depender de los hombres, el que hay que vivir sin culpas, en fin, esta búsqueda del equilibrio de la vida profesional y la vida emocional que no me atrevía a decir".

Con un prólogo de Ethel Krauze, quien además ve la novela desde un punto de vista novedoso, la obra presenta también un texto en el que la propia Rivas explicó porque hizo la obra diez años después.

"Son mujeres sin edad. Posesivas y celosas amantes. Incontenibles. Algunas tan cerebrales. De excepcional talento. Inagotables. Mujeres a quienes no les importaron los rumores y las descalificaciones, que hicieron todo lo posible para alcanzar y sostener sus ideales, siempre buscando el amor y a cualquier precio la libertad del espíritu", concluyó.

rqm