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Durante una semana, El Padrino volverá a salas mexicanas. El filme clásico de Francis Ford Coppola se proyectará en 44 cines, en versión remasterizada, como una forma de celebrar 41 años de su estreno.

La mafia encabezada por Vito Corleone (Marlon Brando) dejó imborrables huellas a lo largo de la historia.

Y hay toda una numerología en torno a ella, que puede revisarse.

Para el papel de Michael Corleone, que finalmente quedó en manos de Al Pacino, audicionaron gente como Warren Beatty, Jack Nicholson, Dustin Hoffman y Robert Redford.

El actor cobró cerca de 400 mil pesos, por los 77 días que duró el rodaje en Nueva York.

Y tiene como dato curioso que el bebé que aparece como su ahijada es Sofia Coppola, ahora directora, y quien apareció en la tercera entrega como su hija y enamorada del personaje de Andy García.

El estreno

El día que fue lanzada en salas, 366 cines se sumaron a lo que sería la película más taquillera hasta ese momento en el mundo.

Actualmente ocupa el segundo lugar del Instituto de Cine Americano, sólo atrás de Ciudadano Kane.

A nivel mundial ha recaudado 250 millones de dólares, contra los seis que costó su filmación.

Tiene el lugar 382 de las cintas más taquilleras de todos los tiempos, de acuerdo a Box Office Mojo, empresa especializada en venta de boletos en el planeta.

Juntó 29 premios, entre ellos los condiciados Oscar y Globo de Oro; nada mal para una historia que en su versión novela se mantuvo por 67 semanas en la categoría de Best-Seller.

También hizo que a Coppola se le regalara un Mercedes Benz, que nunca usó porque no le gustó.

El director, en cambio, recibió gustoso los 200 doláres que le pagó el productor Albert Ruddy, quien le apostó que los estudios Paramount no aceptarían a Marlon Brando en el reparto.

Costillas rotas

Mucho se ha dicho que Coppola estuvo a punto de ser despedido de la cinta, ya fuera por pasarse de presupuesto o pedir una película de tres horas de duración.

Pero pocos conocen que James Caan (Soni Corleone), le rompió dos costillas a Gianni Russo (Carlo) en la escena de la golpiza que le da por engañar al personaje de su hermana y que luego desencadena el inicio del fin.

Y menos que la naranja es sinónimo de muerte en la cinta. Aparecen cuando Vito Corleone sufre un atentado y se pone la cáscara en la boca, cuando le da el paro cardiaco en el jardín de su casa.

Desde el año 2006 se puede vivir la aventura a través de un videojuego y hay quien ha marcado el 4-5620 Long Beach, teléfono de la residencia de Vito Corleone.