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Los monumentos al abandono en Reforma

Abida Ventura| El Universal
00:25Jueves 10 de enero de 2013

El deterioro de varias estatuas en Paseo de al Reforma ilustra el descuido y los niveles de desprotección que existen en torno a sus monumentos históricos. Valeria Pérez / EL UNIVERSAL

Las esculturas de esta importante avenida están expuestas al vandalismo, a diversos factores ambientales y a las constantes transformaciones de la ciudad. Valeria Pérez / EL UNIVERSAL

Son 77 estatuas de diversas personalidades históricas las que se ubican a lo largo de la famosa avenida. Valeria Pérez / EL UNIVERSAL

La estatua del doctor Rafael Lucio desapareció hace dos años. No se sabe qué pasó con ella. Valeria Pérez / EL UNIVERSAL

Algunas carecen de la placa de bronce que las identifica, presentan algún faltante como sus espadas, están sucias o el pedestal que los soporta está grafiteado. Valeria Pérez / EL UNIVERSAL

Son 34 de estas obras, localizadas desde la Avenida Hidalgo hasta la Diana, las que figuran dentro del Catálogo Nacional de Monumentos Históricos del INAH. Tanya Guerrero / EL UNIVERSAL

La falta de protección a la que están sujetos estos bienes es en gran parte causado por no haber un acuerdo de quién debe hacerse cargo directamente de estas piezas. Tanya Guerrero / EL UNIVERSAL

A la Izquierda, la estatua del doctor veracruzano en 1998. A la derecha, los vestigios de la base qu

RAFAEL LUCIO. A la Izquierda, la estatua del doctor veracruzano en 1998. A la derecha, los vestigios de la base que sostenía esta obra de Epitacio Calvo . (Foto: VALERIA PÉREZ Y ARCHIVO EL UNIVERSAL )

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La desaparición de bienes históricos en espacios públicos ilustran el descuido y vandalismo al que están sujetos; autoridades no saben qué pasó

Las 77 estatuas a lo largo de la avenida lucen pintas, están incompletas y sin placas. No existe voluntad del INAH, INBA y el Gobierno del DF y la delegación para responsabilizarse

abida.ventura@eluniversal.com.mx

La estatua del doctor Rafael Lucio desapareció hace dos años de una de las principales avenidas de la ciudad de México, Paseo de la Reforma. Nadie ha vuelto a verla, tampoco se sabe qué pasó con ella.

Frente al estacionamiento del Hotel Meliá, ubicado en uno de los principales cruces de la ciudad y donde se ubicaba esta obra realizada por Epitacio Calvo, donada por el gobierno de Veracruz y develada el 16 de septiembre de 1889, sólo yace un fragmento del pedestal que la sostenía.

Las autoridades de la delegación Cuauhtémoc, que a través de la subdirección de Servicios Urbanos se encarga de dar mantenimiento preventivo al conjunto escultórico ubicado sobre Paseo de la Reforma, desconocen el paradero de esa pieza en honor a este médico y académico veracruzano.

El Fideicomiso del Centro Histórico explica que por estar a unos cuantos metros fuera de su perímetro de acción no es un caso de competencia: "El perímetro B está entre Artículo 123, a una cuadra de Morelos, y llega hasta Degollado, pasando el Eje 1 Norte. Sin embargo, en el tramo que va de Artículo 123 a la Plaza de la República, hacia donde está el Meliá, sólo es centro histórico del lado oriente. Yo tuve noticias de la estatua del doctor Lucio pero específicamente ahí está fuera del Centro Histórico", explica Inti Muñoz, director del Fideicomiso.

En el INAH, la arquitecta Ana María Lara Gutiérrez, encargada de la Dirección de licencias, inspecciones y registro de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, recuerda que cuando se dio a conocer la desaparición de la pieza de dijo que las autoridades locales le darían seguimiento legal y que el INAH colaboraría con ellos "No recuerdo qué pasó, pero ya no siguió el proceso legal. Hace unos días llamé a las autoridades locales y dijeron que iban a darle continuidad para establecer bien la propiedad de las esculturas", comentó en entrevista.

La funcionaria aclara que las esculturas son propiedad de la ciudad y no del Instituto: "La ciudad es la que se encarga de su mantenimiento, de protegerlas, de custodiarlas, nosotros somos normativos, nada más".

El caso de la desaparición de esta escultura, que formaba parte del conjunto original, concebido por Francisco Sosa en 1887, ilustra el descuido y los niveles de desprotección que existen en torno a los monumentos históricos, así como la falta de claridad respecto a las responsabilidades de cada autoridad.

Como la estatua de Morelos, vandalizada hace unos días en la carretera México-Cuernavaca, las de esta importante avenida, ubicada en pleno corazón de la capital mexicana, están expuestas al vandalismo, a diversos factores ambientales, a las constantes transformaciones de la ciudad y, por si fuera poco, a merced de que las autoridades se pongan de acuerdo para definir a quién le compete cuidar de manera integral las 77 estatuas de diversas personalidades históricas que se ubican a lo largo de lo que hoy conocemos como Paseo de la Reforma.

Proyecto histórico en el olvido

Este conjunto escultórico fue concebido en 1887 por Francisco Sosa y originalmente contemplaba 36 estatuas de ilustres personajes, alternadas con jarrones decorativos, que representaban a los ciudadanos más ilustres de cada uno de los estados de la República y del DF.

Según explica en entrevista la maestra en historia del arte y docente en escultura del Centro de Cultura Casa Lamm, Patricia Pérez Walters, "se concibieron como una suerte de ‘libro monumental en bronce' para trazar una versión de la narrativa histórica del país".

Esta primera etapa de esculturas son las que están localizadas desde la avenida Hidalgo hasta la Diana, donde en el siglo XIX se había proyectado una fuente monumental a la paz que nunca se edificó.

Son 36 figuras de tamaño natural en bronce creadas por los artistas más destacados del Porfiriato; 34 de ellas están en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos del INAH. Las otras dos, por ser esculturas de 1902, deberían estar bajo el resguardo del INBA, que es la encargada del cuidado del patrimonio del siglo XX. Sin embargo, explica Lara Gutiérrez, al estar dentro de una zona de monumentos históricos, cuando se hace una intervención, el INAH tiene que emitir una autorización.

Pero el que estas piezas estén dentro de una zona de monumentos históricos no ha impedido su descuido o desaparición, como la del doctor Rafael Lucio. Algunas carecen de la placa de bronce que las identifica, presentan algún faltante como sus espadas, están sucias o el pedestal que las soporta está grafiteado.

Las que presentan mayores problemas son las que esculturas que comprenden la segunda etapa de este conjunto escultórico y que fueron colocadas en las primeras décadas del siglo XX, desde avenida Hidalgo hasta Eje 2 Norte o Glorieta de Peralvillo. Casi todas estas esculturas carecen de la placa de identificación, tienen pintas, están incompletas y sucias. Uno de los pedestales que debería tener un jarrón de bronce luce vacío, pues al igual que otras esculturas, como la de Morelos en la carretera Mexico-Cuernavaca, están a merced de los que buscan el bronce para luego fundirlo y venderlo por kilo.

En el caso de las esculturas de esta segunda fase, por estar realizadas durante el siglo XX, correspondería al INBA su cuidado y conservación.

Sin embargo, algunas de ellas están dentro de una zona de monumentos históricos, por lo el INAH también tiene competencia.

Lara Gutiérrez insiste en que por ubicarse en un espacio público, la propiedad y custodia de las esculturas recae en la autoridad local: "Para nosotros nos queda claro que es de la ciudad de México, pero para ellos, como ciudad, están entre si es la delegación, la Autoridad del Espacio Público o el Fideicomiso del Centro Histórico", señala.

Gerardo Zapata Calzada, director de la recién creada Dirección General de Cultura de la delegación Cuauhtémoc, quien comenta que es la dirección general de Servicios Urbanos de esa demarcación la que se encarga de darle mantenimiento a las esculturas, promete la creación de un catálogo de los monumentos de la zona. Las esculturas de la avenida Reforma, dice, tendrán que ser restauradas, se deberán intervenir sus pedestales, reponer las partes faltantes y las placas para devolverles su dignidad.

Sobre la estatua del doctor Rafael Lucio, Zapata Calzada asegura que se investigará a fondo sobre su paradero, se verá si es posible recuperarla o hacer una reproducción.

Irónicamente, el conjunto original creado por Francisco Sosa, que después detonaría en todo el corredor escultórico, se hizo, según la historiadora Pérez Walters, con la "convicción generalizada entre la burguesía urbana del siglo XIX que la estatuaria era el vehículo didáctico por excelencia para consolidar una sociedad civil secularizada y moderna".

"La escultura pública durante el siglo XIX en todas las capitales del mundo era entendida y utilizada como un vehículo de cohesión y afirmación de la identidad nacional y como el mejor medio de transmitir los valores e ideales ciudadanos", dice Pérez Walters. Pero, ¿en dónde se perdió esa convicción?



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