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"Ayotzingo, clave para triunfo de la guerrilla cubana"

Juan Lázaro| El Universal
Jueves 25 de abril de 2002
Aquí sí queremos a Fidel, dicen habitantes del poblado, al rememorar al grupo que se adiestraba en sus tierras, entre ellos el mandatario isleño y Ernesto Che Guevara

CHALCO, Méx. Ya pasaron 46 años y en el pueblo de Santa Catarina Ayotzingo se extraña la presencia de Fidel Castro. "Aquí sí te queremos, y no vamos a condicionar tu presencia", dicen los pobladores; sin embargo, después de que la guerrilla cubana se adiestró militarmente en el rancho de Santa Rosa, jamás regresó.

Rafael Pozos Acatitla, historiador local, señala que el pueblo de Santa Catarina Ayotzingo fue clave para el triunfo de la Revolución cubana, y de que Fidel Castro haya llegado al poder.

Asimismo, explica que los últimos planes para iniciar la lucha contra el dictador Fulgencio Batista, en la sierra Maestra de la isla, se detallaron en los campos de entrenamiento que tenía la guerrilla en el rancho de Santa Rosa.

"Aquí, Ernesto Guevara de la Serna se ganó ser jefe de personal y médico de la guerrilla. Aquí se le empezó a llamar El Che , aquí surgió y se forjó su leyenda, dice.

Después de los duros entrenamientos que tenía Guevara de la Serna en el monte de Ayotzingo, aún le quedaba tiempo para escribir, y antes de que la policía mexicana llegara a arrestar a los cubanos, El Che le dedicó a Fidel el siguiente poema: "Vamos ardiente profeta de la aurora por los recónditos caminos inalámbricos a liberar el verde caimán que tanto amas y si en el camino se interpone el hierro pedimos un sudario de cubanas lágrimas para que se cubran los guerrilleros huesos en el tránsito de la historia americana."

En una vieja foto de Ernesto Guevara se lee: "Para el compañero Noé", El Che ; sin embargo, no hay más testimonio fotográfico de la presencia del argentino o de Fidel Castro en Santa Catarina Ayotzingo. Sólo la imagen de Santa Bárbara, una virgen de La Habana, quedó como testimonio de la presencia de los cubanos en Ayotzingo.

René González Barrios, agregado militar, naval y aéreo de la Embajada de Cuba en México, junto con investigadores, se dio a la tarea de recorrer el mismo camino que tuvo Fidel, hace 46 años.

Su tarea es recuperar los testimonios de los habitantes de estas tierras, sobre la presencia de la guerrilla, Fidel y El Che , en ese poblado, pero la mayoría de los testigos han muerto, y con ellos muchas historias y anécdotas.

Pozos Acatitla reclama que la historia no ha sido justa con el pueblo de Santa Catarina Ayotzingo, que a pesar de ser importante para la lucha cubana, ni siquiera existe un reconocimiento oficial de Cuba o de México.

"Aquí debe de levantarse ya una estatua de El Che Guevara, y recuperar el testimonio de Fidel Castro y su lucha armada", apunta.

Raúl Rivera Zarza, compadre de Fidel, es el único que guarda celosamente la historia de la presencia de los cubanos en el rancho de su padre, Erasmo Rivera Acevedo.

El rancho Santa Rosa aún está en pie, ahí vive la venezolana Esther Castro, la segunda esposa de Erasmo Rivera Acevedo.

Pero a nadie le abre la puerta de la casa, en donde vivió durante una temporada Castro.



Fiel soldadera la que alimentó a Fidel

"Mándale una carta a Fidel, para que te envíe dinero y compres la medicina", le recomendaba el doctor Javier Bernal a la anciana Dieguita Hernández Ibarra, la fiel soldadera, la mexicana que alimentó a Fidel Castro y a sus revolucionarios cubanos, durante su estancia en el pueblo de Santa Catarina Ayotzingo.

Dieguita ni en su agonía olvidó a Fidel, aquel hombre barbado, alto y delgado que llegó al rancho de Santa Rosa, en 1956, para adiestrar a su gente y liberar a Cuba del dictador Fulgencio Batista.

Fue la mujer de Ayotzingo que, con sus manos, paciencia y sabiduría, preparó casi durante un año comida mexicana para que los revolucionarios resistieran el entrenamiento militar.

Fidel, antes de partir de México, en agradecimiento, le entregó una imagen de la virgen de Santa Bárbara, la patrona de Párraga, población de La Habana.

La anciana guardó celosamente la imagen, la cargaba, la veneraba, sólo la compartía con San Antonio. Murió prácticamente en la soledad, y jamás volvió a ver el rostro de Fidel.



Miedo a los barbados

Él es El Ovejas , es Eulogio Ruiz Pozos, él dice que Raúl Rivera Zarza, compadre de Castro, lo contrató en dos o tres ocasiones, para que en una burra azulada llevara alimentos al cerro donde Castro, Ernesto, El Che Guevara y "unos 20 o 30 cubanos" realizaban prácticas de tiro.

¿Sabes quién soy?, recuerda la pregunta que le hizo un hombre delgado y alto, con acento veracruzano.

No, no sé quién..., respondió asustado, intimidado por la presencia de los hombres barbados y armados en los cerros de Santa Catarina Ayotzingo. Raúl, recuerda, me había pedido "pico de cera y si te pregunta alguien, tú no sabes".

Eulogio Ruiz tenía 14 años, también conoció al El Che Guevara, ya que él fue uno de los encargados en recibir los alimentos.

"Antes de subir al monte, Raúl me interrogó y me preguntaba ¿qué vas a hacer? ¿Vas a ir a la escuela? Te doy 10 pesos si llevas estos alimentos al monte."

A sus 66 años de edad, aún El Ovejas recuerda: "Sentí que me hundía en la tierra al ver a los hombres barbados, a veces me arrepentía. Pero `pico de cera`, como me lo pidió Raúl Rivera".



Y llegó la tropa

Su respirar es difícil, un ancho sombrero cubre su cabeza, Alfonso Villanueva Hernández, de 78 años de edad y dueño del rancho adjunto al Santa Rosa, apenas recuerda la presencia de los cubanos en Santa Catarina Ayotzingo.

"Aquí me venían a comprar ocho litros de leche. No es grosería, pero no sabía quiénes eran", expresa.

El hombre y su familia presenciaron la captura de los guerrilleros cubanos por agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y militares. "Llegó la tropa, rodeo el rancho, y los resguardaron con las armas en las manos, luego los echaron a los camiones", dice.



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