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Inició su carrera en el cine siendo asistente de Cecilia Roth, durante el rodaje de La hija del caníbal en la ciudad de México.

Ahí mismo tenía como tarea organizar a los reporteros que deseaban entrevistas con alguien del elenco encabezado por la actriz argentina.

Iba, venía y regresaba del set a los camper, del comedor al lugar designado a la prensa, hablaba con el director y con los productores. Ahora, un sexenio después, Claudio Lafarga amenaza con ser uno de los rostros jóvenes del cine mexicano.

A sus 28 años, Claudio Lafarga acaba de protagonizar 2033, cinta futurista, y de coestelarizar Viernes de ánimas, rodada en Baja California.

“Durante unas vacaciones dije: me gusta actuar...y entonces acabé una película y entré a otra, así de rápido”, cuenta.

En 2033 interpreta a un joven financiero que deja su vida de privilegios para ayudar a los desprotegidos y derrocar un sistema que controla al ser humano.

Ahí trabaja al lado de Sandra Echeverría y Raúl Méndez.

Y en Viernes... interpreta a un joven que lleva a otro a su casa, un lugar donde suceden cosas raras. “Desde que trabajé en La hija del caníbal me interesó mucho la actuación, tenía de cerca a Cecilia (Todo sobre mi madre) y le preguntaba cómo abordaba los personajes.

“Fue interesante ver que tenía escenas difíciles, como cuando tenía que llorar por la calle, huyendo del galán, y entre toma y toma, no perdía esa emoción, seguía llorando. Yo decía: ¿cómo es capaz de hacer eso?, era impresionante”, recuerda.

Pero Lafarga no es ningún improvisado. Estudió Ciencias de la Comunicación y luego ha hecho lo propio con la carrera de actuación.

Trabajó en la hechura de comerciales y ha participado en algunos cortometrajes. “He hecho teatro desde los 13 años, pero la técnica de cine es fragmentada.

Ahora, Lafarga se apresta a trabajar en una obra de teatro de su alma máter, aunque siendo un ejercicio escolar, podría tardar en levantarse un poco.