[email protected]

Siendo universitaria, hija de familia acomodada, sin problemas económicos y educada en la religión católica, a Fernanda Salas parece no faltarle nada; sin embargo, un buen día se enreda con un jefe de sicarios del narcotráfico y entra a un mundo de violencia, asesinatos pero sobre todo de maltrato emocional y físico que le propina su novio.

Esa historia es de ficción, pero nada lejana a la realidad. Lo sabe bien Orfa Alarcón, autora de Perra brava, una novela desde la perspectiva femenina que demuestra lo atractivo que es el narcotráfico para la sociedad mexicana.

“Desgraciadamente la situación en el país no está ni siquiera prometiendo, ya no digamos cumpliendo a los jóvenes. El mensaje que ven los chavos es que están muriendo niños en una guardería, que los estudiantes están siendo masacrados, que los jóvenes no pueden juntarse en una fiesta porque van a llegar los sicarios y los van a matar. No hay ninguna estabilidad”, señala la autora.

En esta, su primera novela publicada por Planeta, Orfa Alarcón da cuenta de algo central: que el mundo violento sí les ofrece mucho a los jóvenes. “No quiero decir que cumpla, pero les ofrece riqueza, poder, fama y fortuna; desafortunadamente mucha gente se está yendo con la finta pensando que va a conseguir dinero fácil y que va a lograr sus sueños; cada vez más vemos a chicas bonitas, de familias humildes que andan en camionetas con vestidos de marca. Eso nadie más se los ofrece a los jóvenes”.

Una historia surgida de la realidad

La narradora, nacida en 1979, afirma que quiso abordar el narcotráfico desde la visión femenina pues se dio cuenta que desde hace algunos años ha habido un boom por el que la sociedad se dio cuenta de que el narco no es solamente un asunto de hombres, sino que hay mujeres muy involucradas. “Quise ver desde adentro la problemática y mostrársela al lector, contarle cómo una mujer hija de una familia bien, conservadora, religiosa es atraída por este medio y se mete en el mundo de cabeza y a fondo”.

Cada día, al abrir los periódicos, confirma la violencia entre la que viven los jóvenes y los niños que están creciendo sin tener tranquilidad.

Orfa Alarcón asegura que no hay una nota periodística que haya detonado la historia de su novela, más bien fueron los muchos años en que los mexicanos se han estado alimentando de noticias horribles y sangrientas que se fueron sumando hasta darle a la protagonista.

Las desventuras de un mujer

Y es que en su cabeza, primero surgió Fenanda Salas, un personaje ambiguo, agradable y terrible a la vez. A partir de ella fue armando su vida y luego toda la historia que la rodeaba. “Quise llevar a este personaje a sus últimas consecuencias; una mujer que padece maltrato físico y emocional, que al crecer sigue buscando el maltrato, lo recibe y luego busca ejercerlo. Para llevar a ese personaje al maltrato máximo la metí a este ambiente de sicarios, de narcos, de violencia y balazos, no es que Fernanda Salas sea una narcotraficante, sino que ella ve lo atractivo de la situación y dice ‘yo de aquí soy’ y ahí se queda”, afirma la narradora.

Acepta que contar la historia fue difícil. Fue mostrar que ella no solamente era víctima sino que se convierte en cómplice porque permitió ser maltratada. “Entenderla no es sencillo porque es muy difícil entender a las mujeres que sufren violencia; desde afuera es muy fácil juzgar y criticar, decir ‘si está allí es porque quiere’, como si fuera tan sencillo decir ‘me voy y aquí se acaba’”, comenta la narradora que no sabe si escribirá la segunda parte de la novela. “Tengo toda la historia en la cabeza, pero no sé si podría volverlo a pasar”.