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Sexoservidoras concursan para ser ´Miss La Merced´

Angélica Simón| El Universal
Viernes 22 de diciembre de 2006
Las participantes pueden ser gordas o flacas, altas o bajitas, morenas, blancas; quererse a sí mismas, el requisito, afirman

En el certamen Miss Meche, ni las medidas ni la edad importan. Cualquiera cabe en los estándares de belleza de las sexoservidoras de la zona de La Merced, que este viernes celebran su concurso anual.

"Lo bello lo tenemos por dentro. No es necesario estar bonita ni tener un cuerpazo: solo sentirnos seguras de nosotras mismas y querernos. Por eso tengo confianza en que puedo ganar", explica Minerva, una de las 15 participantes anotadas para la competencia.

Las participantes pueden ser gordas o flacas, altas o bajitas, morenas, blancas... el único requisito es quererse a sí mismas y estar dispuestas a hacer, a aprender algo que pueda cambiar sus vidas.

De La Merced y Corregidora, 15 mujeres reunieron los requisitos y se inscribieron para pelear hoy por el título; quieren olvidarse por un rato de su profesión, a fin de valorarse ellas mismas y que la sociedad les reconozca por otras capacidades.

Llevan meses aprendiendo a confeccionar ropa. Ellas han sido las responsables de preparar los tres cambios que habrán de usar: el de gala, el traje típico y el de calle. Por lo pronto, esperan ansiosas salir a la pasarela a lucirlos.

Elegir a la triunfadora no será fácil porque las cualidades que buscan no saltan a primera vista.

"Tiene que ser muy segura de si misma, aceptarse como es, quererse, poder proyectarlo y además tiene que ser la mejor diseñadora del vestuario, tiene que ser creativa", comenta Arlen organizadora del concurso.

El fin justifica los medios

Para muchos, Miss Meche, no es sino una sátira, un remedo de lo que son otros concursos de belleza como Miss México o Miss Universo, pero para los creadores del concepto, el grupo Brigada Callejera, se trata de un ejercicio de supervivencia, superación, pero sobre todo, dignificación. No importa si tienen que mostrar sus cuerpos imperfectos o lo que algunos catalogan como mera mercancía.

El fin lo justifica: romper precisamente con esos estigmas y rescatar su autoestima, asegura Arlen.

"Se trata de que ellas se den cuenta de sus cuerpos, se asuman y se quieran para elevarles la autoestima; que se acepten como son y que empiecen a exigirse y a exigir mayor respeto para con ellas".

Tienen que aprender a vivir con dignidad y eso implica desde no dejarse golpear o menospreciar por sus clientes, sus padrotes ni por nadie más, hasta tomar otras alternativas para ganarse la vida.

Nosotros, abundó Arlen, no pretendemos decirles cómo vivir o decirles que ser serxoservidora es malo o bueno, pero si queremos que en un futuro cuenten con otras alternativas de sobrevivencia que les permita decidir salirse del sexoservicio o continuar.

Por eso el requisito es que ellas confeccionen sus propior trajes, comenta la organizadora. "En la preparación, todas llevan ya un premio: la autosuficiencia".

Aunque la ganadora, precisó, además tendrá la oportunidad de recibir clases para terminar la primaria o la secundaria o continuar perfeccionando la confección de ropa. Y hoy, es el gran día.



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