Galería de la Roma Norte rinde homenaje al gato

VARIEDAD. Múltiples artículos de manufactura artesanal, inspirados en la figura del gato, son exhibidos en la galería Casa Garros, en la colonia Roma Norte. (Foto: ADRIÁN HERNÁNDEZ )
Todo en este sitio está delineado por la pequeña figura de unas orejas puntiagudas, unos bigotes, cuatro patas y una larga cola. En cada pieza, según los propietarios, se hace un homenaje a los gatos.
Cada objeto en este establecimiento es además un vehículo para difundir las creaciones de nuevos artistas y artesanos capitalinos o de diferentes estados de la República mexicana.
“La idea surgió de poder promover el arte y la cultura a través de los gatos. Lo fundamos mi hermano Joel Nava; Rodrigo Moreno, mi esposo y yo, porque siempre hemos sido una familia que nos gustan los gatos; es a partir de ahí que se nos ocurrió hacer algo de manera permanente y de puertas abiertas”, explica María del Carmen Nava, socia de la Galería Garros, ubicada en la colonia Roma Norte, en la delegación Cuauhtémoc.
Este 2013, la galería cumplirá siete años y en su interior concentra la obra de más de 400 autores entre artesanos, fotógrafos y diseñadores que basan sus obras en la figura felina.
“Lo que buscamos es poder ser un aparador de México a través de los gatos, y constantemente subimos información de las piezas en las redes sociales”, dice.
Ese aparador es visitado por muchos turistas nacionales y extranjeros que han quedado encantados con gatos fabricados de barro negro de Oaxaca, con plata de Taxco, con arcilla de Guerrero, o con diseños multicolor de artesanos huicholes de Nayarit.
Ese estilizado cuerpo de un gato, tan versátil para estirarse al trepar árboles, o de enroscarse para tomar una larga siesta ha sido plasmado en urnas para cenizas, obras pictóricas, calcomanías, botones, aretes, peluches, monederos y hasta en un enorme molcajete rematado con la cabeza de un minino, en lugar de la clásica cabeza de un cerdo.
En Garros —en honor a Garro, gatita que vivió 15 años con María del Carmen— los precios varían de los 15 pesos por una calcomanía hasta 70 mil por el cuadro más caro vendido la historia del establecimiento.
Más que una tienda
En una casa antigua de la calle Chihuahua, junto al pasaje El Parián —que conecta esta calle con Álvaro Obregón— se encuentra este oasis para los amantes de los gatos con un bazar, galería y tienda de consumibles.
En la entrada está Fideo, un gato pardo que llegó a este establecimiento hace dos años y que ahora es “socio honorífico” de Garros. “Fideo tiene acciones de la galería”, remarca María del Carmen.
El espacio del bazar está justo en la entrada con vitrinas y aparadores que concentran gatos de infinidad de tamaños, colores, formas y materiales.
Luego hay un pasillo estrecho que conduce a la galería de arte, abierta para los nuevos creadores y donde no sólo se exponen piezas relativas a gatos sino a cualquier otra temática.
Enfrente de la galería está Gatoy, una habitación con productos, desde croquetas hasta juguetes y arena biodegradable. Hasta el fondo se encuentran cuadros y más artesanías.
En Garros se venden piezas de artistas que ya han ganado premios nacionales. Una artista ganadora de esta distinción en la categoría de mejor juguete artístico artesanal ideó el gato Frida, una muñeca de aspecto gatuno con fino bigote, trenzas y cejas muy pobladas, que recuerda a la pintora mexicana Frida Kahlo.
También destacan las pinturas de Fumiko Nakashima, una artista japonesa que llegó al DF e hizo la primera pieza de arte urbano en México al pintar un trolebús donado por el Sistema de Transportes Eléctricos del DF.
En el bazar las piezas más surrealistas de felinos se mezclan con otras basadas en las caricaturas japonesas como los peluches de Nekito, un gato blanco enmascarado creado en realidad por una diseñadora mexicana. Pero entre tantos objetos originales están los clásico gatos dorados de la cultura oriental que mueven su mano para atraer buena suerte.
“Cada semana tenemos cosas nuevas, como son piezas pintadas a mano o de diseño, son irrepetibles y exclusivas. Dentro de la gente que le gusta Garros hay coleccionistas de arte y de gatos que viajan y coleccionan piezas especiales de felinos”, señala María del Carmen.
“En Europa hay tiendas de autor de pintores o escultores que les gustan los gatos pero no es un sitio donde hagan presencia distintos creativos con sus obras”. Ante esta confluencia de autores uno de los objetivos en el mediano plazo será la exportación de piezas a otros países, “pues muchos conocen a Garros”, explica María del Carmen.
El gato de su devoción
Con una disculpa de por medio para quienes creen en santos e imágenes católicas, la artista Odette Paz pintó a su gato, felino al que le atribuyó capacidad de cumplir milagros luego de morir.
Esta idea se combinó con los concursos frecuentes de la galería para fomentar la creatividad con textos como cuentos, poemas y calaveritas literarias. De ahí se les ocurrió en 2008 un concurso para crear la oración al Santo Gato Sombra.
Ahora la imagen del gato sobre una nube y con una aureola dorada que flota sobre su cabeza custodia el pasillo de la galería Garros y algunas personas le han dejado papelitos con peticiones para aprobar un examen, pedir salud para una mascota o una persona, pedir un novio o novia, hasta suerte en los negocios. Así comenzó el culto a este felino, cuya oración circula en internet.
El objetivo más ambicioso es crear un museo del Gato en México, un espacio que existe ahora en Rusia, Malasia, Holanda y Estados Unidos.
“Es algo que comenzamos hace unos años y es una convocatoria abierta y permanente de donación de obra que tenga que ver con gato; la idea es armar el Museo del Gato con las piezas donadas y hacer un museo como en Rusia, que es uno de los referentes mundiales”.