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Una actriz y seis escritores debaten sobre la pasión del fut

Fernando Figueroa| El Universal
Jueves 10 de junio de 2010
Como todo México, ellos también viven el Mundial. Para hablar del tema, KIOSKO los reunió y ésta es la crónica

cultura@eluniversal.com.mx

Edith González (quien trabaja en la obra Buenas noches, mamá) cree que México le puede ganar mañana a Sudáfrica, y aventura un 2 a 1. Su optimismo lo basa en que “ahora tenemos jugadores más fogueados internacionalmente”, su fe en los jóvenes que fueron campeones mundiales con la selección Sub 17 y un eventual liderazgo en la cancha de Rafael Márquez, a quien define “como el mejor jugador mexicano de la historia, con perdón de Hugo Sánchez”.

La actriz se reunió en la redacción de KIOSKO con seis escritores para tomar un café y hablar de varias aristas del futbol: deporte, negocio, sexo, literatura, diversión y algo más. Claudia Guillén, Julio Patán, Javier García-Galiano, Andrés de Luna, Eduardo Antonio Parra y Alejandro Toledo participaron en la charla.

Eduardo Antonio Parra (autor de Juárez, el rostro de piedra) coincide con Edith en el marcador del juego inaugural, mientras que Claudia Guillén (ganadora en 2006 del Concurso Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés) es más optimista: México 3, Sudáfrica 1.

“Apelando a un patriotismo exacerbado”, Julio Patán (Conspiraciones) le da al Tri la oportunidad, “si bien le va”, de empatar a un gol con el equipo anfitrión, mientras que los otros tres narradores forman parte del ala dura. Andrés de Luna (Erótica) visualiza una derrota mexicana con marcador de 2-1; Javier García- Galiano (La pequeña Estambul) y Alejandro Toledo (De puño y letra) ven un fatal arranque: 3-1 a favor de Sudáfrica.

Mirada de mujer

Edith González se define “pambolera por tradición y chiva de corazón”. Confiesa que empezó a ver futbol “porque tengo un hermano y me di cuenta de que, si no lo hacía, no habría comunicación familiar”. Considera que cada vez hay más mujeres a las que les gusta ver partidos de soccer, además de un sector que lo practica, entre quienes se encuentra su pequeña hija, Constanza.

Claudia Guillén va más lejos: “A mí me apasiona tanto que soy capaz de meterme a una cantina y ver un partido sola. También tengo un hermano al que le gusta el futbol y le va al América, soy puma. Mi mundo cercano está formado por hombres, aprendí con gente que sabe mucho de futbol”.

Al hablar de los jugadores que les parecen atractivos físicamente, Guillén comenta con una sonrisa: “Aunque podría ser su abuela, a mí me gusta Carlos Vela; seguramente él no me pondría casa aparte, pero yo a él sí”.

Al respecto, Edith comenta: “A mí me gustan los futbolistas que juegan con mística, con amor a la camiseta. Ahora no fui requerida, pero en el Mundial pasado hice comentarios en televisión. Las chicas de Televisa Deportes hicieron su lista de los jugadores más atractivos y no había ningún asiático ni africano. Por supuesto, no estaba Drogba (Costa de Marfil). Yo de David Beckham ya estaba hasta el gorro”.

Alejandro Toledo interviene: “Cuando Beckham hizo un anuncio de ropa interior, se rumoró que le habían aumentado el bulto, y una reportera quiso comprobar el dato manualmente”.

Julio Patán: “Creo que llegó el momento de contar una historia, hasta hoy inédita, de cuando viví en Madrid. Resulta que asistía a un buen gimnasio del barrio de Chamberí, aunque no de superlujo. Una de esas tardes, entro a los vestidores y veo a un hombre desnudo, con toalla, que se parece mucho a David Beckham. Y, efectivamente, es Beckham.

Edith: Entonces, acláranos la duda.

Patán: No lo sé.

Andrés de Luna: Te falló el rigor

periodístico.

Patán: Así es. Tú ves a Beckham en la cancha y es un tipo de mediana estatura, delgado, pero en la realidad es un hombre muy trabado.

Edith: Saquemos conclusiones. Tú, heterosexual, gente intelectual, ¿te apantalló Beckham?

Patán: Sí, es muy impresionante.

Edith: ¿Las chavas tienen razón de morir por él?

Patán: Sí.

Claudia Guillén: Hay quien muere por Cuauhtémoc Blanco.

De Luna: Esas ya son perversiones.

Patán: Con Cuauhtémoc Blanco no he compartido gimnasio.

Edith: Una vez bailé con él y me rayó. Fuimos a Chicago con Aventurera y quise sacar a bailar a un actor insoportable, que se negó; algo imperdonable, gravísimo. Entonces saqué al Cuau y se paró muy lindo, muy padre. Lo sentí un poco nervioso, pero es natural cuando bailas ante 10 mil personas. De veras que me rayó.

García-Galiano: ¿Y qué les provoca el “Bofo” Bautista?

Parra: Viéndolo bien, es guapo.

Patán: ¿Y qué me dicen de la mística del “Conejo” Pérez?

Edith: Ja, ja, ja.

Claudia Guillén: ¿Qué se traen contra los pelones?

Julio Patán: Yo no puedo traer nada contra ellos.

Edith: Si yo pusiera la alineación, me iría por Memo Ochoa en la portería.

Patán: ¿Seguimos hablando en términos eróticos?

Edith: Ja, ja, ja.

El plan B incluye a Brasil y España

Javier García-Galiano afirma que, en condiciones normales, México le ganaría 10 veces seguidas a Sudáfrica, pero no estando ellos de locales en la inauguración de un Mundial. Patán , por su parte, expresa un panorama casi apocalíptico para los muchachos de Aguirre: “Alguna vez estuve en Johannesburgo, una ciudad en la que se respira un ambiente denso, un fanatismo enloquecido, donde te pueden acuchillar fácilmente. Fuimos a hacer un reportaje, y en el mismo aeropuerto asaltaron a una compañera”.

Edith: Acabo de leer un reportaje sobre Sudáfrica, en el que se dice que hay 100 violaciones diarias, y que las mujeres utilizan condones femeninos con púas para protegerse.

Parra: Entonces los mexicanos no sólo van a perder, ¡también los van a violar!

Claudia Guillén: Por como los he visto, yo creo que los mexicanos sí tienen posibilidades de ganar.

Patán: Contra Inglaterra los dejaron llegar gracias al estilo de Fabio Capello, y luego pum, pum, pum, tres goles. Contra Holanda parecía que estaban jugando dos deportes diferentes, por la velocidad de ambos equipos, y el resultado contra Italia es muy engañoso porque ese equipo jamás ha hecho el menor esfuerzo en un partido amistoso. No juegan a nada, excepto cuando te tienen que matar en semifinales. No me imagino a Vela gambeteando en el área italiana en un partido de verdad.

García-Galiano: ¿Y qué me dicen de la victoria contra la poderosa escuadra de Gambia?

Patán: Creo que también jugaron contra el equipo de Diego Luna, ¿no?

Edith: Hay que tener la mente positiva, nuestros jugadores ya están más aireaditos internacionalmente.

Guillén: Voy a decir algo poco correcto: nuestros jugadores ya no tienen la facha de Juanito; ya tienen otra constitución.

Patán: ¡El “Conejo” Pérez mide 1.70!

Edith: Eso no importa tanto, Maradona era un taponcito. Acabo de participar en la telenovela Camaleones, donde me tocó ver jugar basquetbol a Piwi, que mide muy poquito. Con una mentalidad gringa ganadora, que adoro, tú veías cómo se la metía por aquí y por allá, la pelota, ¡eh!, y hacía tiros de tres puntos.

Guillén: Yo coincido con Edith. La mentalidad no te hace campeón mundial, pero sí te da otra percepción. Aunque Italia haya salido a no jugar, los mexicanos siempre fueron hacia adelante.

De Luna: Han cambiado las cosas, ya no son los tiempos del “Jamaicón” Villegas, que lloraba en las giras. El problema que persiste es la irregularidad; pueden jugar bien un día y, al otro, espantoso.

Parra: La actitud puede llevar más veces al área, pero seguimos con el problema: no meterla. Recuerdo mundiales con goleadores como Hugo Sánchez, y los goles los metían los defensas.

Edith: Me declaro admiradora de Hugo, pero nunca hemos tenido un líder canchero que desquite los millones de dólares que cobra. Él nunca llegó a jugarse las piernas. ¿Cuál fue el comentario de la selección alemana? Que su mejor actuación había sido con Chocomilk.

Brasil y los demás

Edith lamenta que “en Brasil se pierdan espacios verdes y canchas llaneras. Ahora los jugadores no provienen de la calle sino de clubes privados. Es triste”.

Patán: Ese es uno de los motivos de la relativa decadencia del futbol brasileño. Desde hace 15 años juegan horrible porque tienen jugadores de laboratorio y no de barrio.

Toledo: Renunciaron al jogo bonito. La final del Mundial en Estados Unidos, entre Italia y Brasil, fue una de las más aburridas de la historia.

Claudia Guillén inició la plática diciendo que en todos los mundiales su plan B, luego de la eliminación de México, era seguir a Brasil, pero ahora piensa inclinarse a favor de España, al igual que Edith González, quien espera “la aparición de un caballo negro, una sorpresa que bien pudiera ser africana”.

Patán: Ojalá no sea México quien se lleve la primera sorpresa.

Una vez eliminado el Tri, Eduardo Antonio Parra enfocaría sus simpatías a Brasil y Argentina. Patán prefiere a España e Inglaterra. Toledo no abandona a Brasil aunque ya no sean tan espectaculares. Galiano opta por Alemania e Inglaterra, a pesar de su “fervor por Escocia”.

Andrés de Luna responde citando a Villiers de L’Isle-Adam: “Yo no pienso compartir la tortura de la esperanza con México, así que mejor empiezo el torneo viendo a España y Brasil como mis equipos favoritos”.

Futbol y literatura

Cuando se pide a los invitados recomendar textos sobre futbol, Patán afirma: “Sin duda, Fever Pitch, de Nick Hornby, que está traducido en Anagrama como Fiebre en las gradas; es una memoria del Arsenal, partido tras partido. Dios es redondo, de Juan Villoro”.

Toledo: Los libros de Jorge Valdano y Eduardo Galeano. Javier García-Galiano tiene su Cámara húngara.

Parra: Fontanarrosa tiene cuentos sobre futbol muy buenos.

García-Galiano: Mencionaría Suerte con las mujeres, de Luis Miguel Aguilar.

De Luna: La autobiografía del portero alemán, Schumacher.

García-Galiano: En alemán se titula Anpfiff. Platica, entre muchas otras cosas, cómo su mujer lo quemaba con cigarros para soportar el dolor.

Guillén: También me gusta Suerte con las mujeres, donde unos niños cuentan cosas en torno a los partidos que juegan. Y Sonido local, de Rafael Pérez Gay.

Negocio y jilgueros

Alejandro Toledo, quien casi no vio nada del Mundial de México 86 porque en ese año descubrió a Marcel Proust, cubrió como reportero los campeonatos realizados en Francia y Estados Unidos. A él le preocupa “el fanatismo, la manipulación de las televisoras, los intereses extra futbolísticos, la publicidad desmedida. Ahora ya hasta le cambiaron el discurso político a Javier Aguirre”.

Edith: Ahora nos ama mucho.

De Luna: Si quitan todo eso, no queda nada.

Edith: También quisiera que el negocio fuera menos apabullante, que se recordara más el aspecto lúdico. Un Mundial es un impasse entre tantas calamidades.

A De Luna no le molesta la idea de ver los partidos sin audio, mientras que García-Galiano sí soporta al “Perro” Bermúdez: “No es Ángel Fernández, pero lo prefiero a él en los partidos de México. Los de TV Azteca se creen simpáticos. Y todavía hay otros peores, generalmente ex futbolistas, que hablan del juego como si se tratara de Heidegger”.

De Luna: Yo a veces necesito un vocero que me explique lo que están tratando de decir. Mientras los técnicos se quiebran la cabeza para ver qué tienen que hacer sus jugadores, los locutores ya resolvieron el asunto de un plumazo.

Parra: Por eso Fernando Marcos llegó a ser técnico.

De Luna: Él sí era inteligente.

Guillén: Y culto.

García-Galiano: Y no se diga los ex árbitros, que ahora se creen perfectos ante el micrófono y antes fueron malísimos en su trabajo.

Toledo: Los comentaristas de TV Azteca son muy vulgares.

Ante la pregunta de si piensan darse un atracón de Mundial, ignorarlo o combinarlo con sus actividades personales y profesionales, Javier Garcia-Galiano dice que los partidos muy interesantes los verá en su casa y, los otros, en su oficina. “Si veo a los Jaguares, Santos y Pumas, imagínense si no voy a ver lo que suceda en Sudáfrica”.

Patán: Yo siempre entro con la intención de pelar poco los mundiales, pero la ola termina jalándome y veo gran parte del torneo, sobre todo veo las fases definitorias.

De Luna no tiene problemas para dejar de ver las primeras rondas de los mundiales, “y si un juego importante está aburrido, le apago”.

Toledo tiene que entregar próximamente un libro al Fondo de Cultura Económica, así que piensa ver muy pocas horas de futbol el próximo mes.

Y Edith verá los juegos de México, España, alguno más de Brasil y los de algún equipo que dé el campanazo. Pero todos son pronósticos y a partir de ahora el futuro rodará como un balón.



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