Más pistas al origen de la vida
Viejos frascos con remanentes de un experimento del siglo pasado, que
el biólogo de la UNAM Antonio Lazcano analizó junto con científicos de
Estados Unidos, han suscitado un vuelco fundamental en la comprensión
del origen de la vida, al aportar nuevas piezas a este rompecabezas.
Son muestras del ensayo clásico que Stanley Miller realizó en 1953
al combinar agua, amoniaco, metano e hidrógeno en un contenedor para
emular las condiciones de la Tierra primitiva, El químico aplicó
descargas eléctricas y observó la formación de aminoácidos, elementos
básicos de las proteínas que a su vez integran a los seres vivos.
Cincuenta y cinco años después, con modernas herramientas de
análisis aplicadas a las muestras, el equipo de científicos recreó el
experimento y descubrió muchos más elementos orgánicos, no detectados
por Miller (quien falleció en 2007), así como dos variantes de su
trabajo original.
Las implicaciones del hallazgo —publicado en Science— son vastas,
pues como explica Lazcano en entrevista, aclaran la posible
contribución del volcanismo y los microambientes a la formación de
materia animada.
“Hace dos años Jeff Bada (autor líder del estudio, del Instituo
Scripps, en la Jolla California) y yo coincidimos en Austin. Vio el
frasco con las muestras que Miller me regaló y decidimos analizarlas.
Le comenté que había muchos otros frascos que se conservaban en EU. Los
buscamos y encontramos que estaban guardados en cajas y descritos con
toda precisión. Y con los cuadernos de trabajo de Stanley pudimos
correlacionar cada muestra con sus experimentos”.
—Las muestras se preservaron con silicatos durante 55 años, pero hay quienes creen que pudieron contaminarse...
—Es un riesgo que no existe porque están publicados los resultados
de Miller y sabemos qué aminoácidos vio. Las muestras que yo conservo
contienen aminoácidos de la forma L y D, y los seres vivos sólo
producimos los de la forma L. Si hubiéramos encontrado un exceso de
aminoácidos L, eso querría decir que las bacterias o los hongos
llegaron a contaminar (las muestras), pero no fue así. Estamos
segurísimos.
—¿Esto podría cambiar la idea de que las condiciones de la atmósfera en la Tierra primitiva no eran como las que recreó Miller?
—Esto nos dice que si la atmósfera era neutra o si había pequeños
sitios (microclimas) como los volcanes, igualmente se hubieran
producido aminoácidos. Es casi inevitable la producción de compuestos
orgánicos si tengo carbono, nitrógeno, hidrógeno y oxígeno no libre,
pero con una fuente de energía.
—Entonces la vida emerge ante las circunstancias más elementales...
—Dado un mínimo de condiciones uno puede esperar que se formen
compuestos orgánicos y que haya una evolución hasta llegar a seres
vivos. Lo cual plantea otra pregunta: ¿en cuántas partes del Universo
se habrá repetido el proceso? Sólo tenemos pruebas de que fue en la
Tierra... pero si es tan fácil producir en esta gama de condiciones los
compuestos orgánicos, obviamente uno esperaría que se dieran en otras
partes del Universo.
—¿Su descubrimiento alterará nuestra concepción sobre el origen de la vida?
—La pretensión no es cambiar los libros de texto, pero si pasa qué
bueno. El experimento original de 1953 me sigue pareciendo fascinante,
por su elegancia y simplicidad.