cartera@eluniversal.com.mx

En la actualidad, México registra un déficit de profesionales y técnicos altamente calificados (con licenciatura o posgrado) que aporten al país un mayor nivel de competitividad.

De acuerdo a un encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México sólo 1.3% de la población entre 25 y 29 años dijo tener un nivel de escolaridad de posgrado, 1.2% de maestría y 0.1% un doctorado.

Sin embargo, aquéllos que tienen estudios superiores se enfrentan a una limitada oferta entre las empresas, lo que influye en la decisión de emigrar a otras naciones, principalmente a Estados Unidos, en busca de mayor preparación o de un empleo mejor remunerado, y posteriormente para residir en esos países.

Tan solo en Estados Unidos, la población mexicana mayor de 25 años con maestría o doctorado incrementó 110% entre 2000 y 2011, al pasar de 62 mil 013 a 130 mil 582 posgraduados en dicho periodo, según el Consejo Nacional de Población (Conapo).

“La emigración de las personas formadas, con frecuencia las más talentosas, va en detrimento del desarrollo de los países de origen”, apunta Naciones Unidas en un reporte.

La “fuga de cerebros” puede transformarse en “circulación de cerebros”, pues “aunque hay pérdida de capital humano hay más transferencia de tecnología”, acota Carla Pederzini, especialista en migración laboral de la Universidad Iberoamericana.

En esta tarea de transformación, Jorge Zavala encuentra en las redes empresariales el crecimiento de proyectos propios y ajenos. Como presidente de la Red de Talentos Mexicanos (RTM) en la región del Silicon Valley, en California, comparte su experiencia para generar innovación tecnológica de alto impacto en favor de las empresas en México.

Recientemente recomendó a una firma de software del Distrito Federal, cuyo nombre omitió, con un empresario de “alto nivel” de Estados Unidos, lo que resultó en un alza de 400 a 800 en el número de empleados de la firma.

Construye lazos

“La RTM construye interacciones de promoción, desarrollo y colaboración sin utilidad económica, pero con la formación de contactos se generan oportunidades de negocio para cualquier parte”, dijo Zavala, quien tiene un contrato con la firma de software capitalina que asesoró.

Como él, diez mil profesionistas mexicanos que viven fuera del territorio nacional están ocupados en aprovechar su experiencia en favor del crecimiento de las firmas del país.

El estudio Nuevas Tendencias en Migración: aspectos demográficos, que Naciones Unidas publicó en abril, informa que México, China, India, Alemania, Filipinas y Reino Unido fueron las naciones con un mayor número de profesionistas calificados, o “cerebros”, con residencia en el extranjero entre 1990 y 2000.

Para que esta migración aporte productividad a entidades nacionales, basados en programas que implementan India y China, especialistas mexicanos en sectores de innovación y tecnología crean relaciones de negocio entre su país y el extranjero vía RTM.

Pablo Mendoza ha sido consultor para la Fundación México Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC) durante más de dos años, en los que ha colaborado para proyectos de electrificación en México y la construcción de una célula de prueba de motores. “Nuestra colaboración va dirigida mucho hacia transferencia de conocimientos y para mí es un buen trato trabajar con ellos porque siempre hay posibilidad de un viaje a México o dos cuando es necesario”, señaló Mendoza, quien incluso podría obtener un contrato por consultorías con el Tec de Monterrey, que ofrece estancias de seminarios para expertos visitantes.

Fortalecen vínculos

La RTM se creó en 2005 a iniciativa de la Secretaría de Relaciones Exteriores, FUMEC y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Hoy, los integrantes de la Red ofrecen a empresarios nacionales contactos en el extranjero y asesoría desde 11 naciones, a fin de agregar valor a las compañías y compartir experiencias en el desarrollo de innovación.

Este fin pretende reducir los efectos de la “fuga de cerebros”, como la pérdida de la inversión del Estado en educación a partir de la migración de capital humano calificado que ya no produce en el país.

El presidente de la RTM en el Silicon Valley inició la carrera de ingeniería electrónica en el Instituto de Investigaciones Eléctricas de Cuernavaca y es creador de 10 empresas en su carrera en las áreas de electrónica, software y automatización. Dirige la empresa Kinnevo, dedicada a la capacitación por medio de seminarios y talleres experienciales “para crear empresas de alto impacto económico aplicando innovación”.

Una aportación similar obtienen las empresas que asesora desde la Red de Talentos, como Infolink, firma de soluciones en tecnología que elevó sus utilidades de mil a dos mil dólares al mes y aumentó de 100 a 200 empleados.

Los integrantes de la Red de Talentos comparten información de procesos innovadores con los empresarios en México para las industrias automotriz y aeronáutica, nanotecnología, hidrocarburos, energías alternativas, cambio climático, biotecnología y dispositivos para comunicación y transmisión de información, que conforman la llamada economía del conocimiento.

En el Hospital Charité de Berlín, uno de los centros médicos universitarios más grandes de Europa, la mexicana Ana Luisa Piña es jefa del Departamento de Neurociencias. Como coordinadora de Ciencias del capítulo Alemania de la RTM, la doctora integra su equipo de investigación en medicamentos con estudiantes de México y también promueve especialistas alemanes al país.

“A través de la Red pudo hacer los proyectos que hacía de manera individual y darles mayor proyección”, señaló el secretario general del capítulo Alemania de la RTM, Alejandro Flores.

México comenzó la producción en sectores de innovación gracias a la apertura comercial que inició desde la década de los 80, detalla el libro Reflexiones sobre la política comercial internacional de México 2006-2012, de Beatriz Leycegui, ex subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.

“México es el quinto exportador mundial de autos y un importante exportador en el sector aeroespacial —vinculado a la especialización y acceso educacional, que alcanza a 115 mil graduados de ingeniería cada año en programas de ciencia y tecnología—, lo que lo ubica en el sitio décimo segundo en el mundo”, destaca la publicación.

Además, precisa, el país se consolida como líder regional en AL en el desarrollo de tecnología vinculada al entretenimiento y energías renovables como la fabricación de módulos fotovoltaicos. Así, la RTM contribuye con la integración de México a la “economía del conocimiento”. “Esto, bajado a la realidad, es que podamos hacer transferencias de conocimientos, de experiencias, de tecnología, para que mexicanos en el extranjero puedan tener un canal de comunicación de regreso a México en industrias significativas y desde su lugar en el extranjero contribuyan”, dijo el secretario general del Capítulo Alemania de la RTM.

Repatriación, otra opción

Entre otras aportaciones, “los expertos mexicanos en el extranjero hacen conferencias que son auspiciadas, ya sea por video o presenciales por las instituciones en México”, detalló Mendoza Villafuerte, vicepresidente del capítulo de Reino Unido de la RTM.

Para que empresas e instituciones de educación superior en México contraten a científicos mexicanos con grado de doctorado radicados en el extranjero, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) implementa el programa de repatriación, que consiste en cubrir la inversión en contratación del científico mexicano durante un año, con la expectativa de que conserve su plaza al término de este periodo con un sueldo igual o superior al que tenía.

Mientras el organismo destinó 985 millones de pesos para becar los estudios en el extranjero de 3 mil 774 científicos mexicanos en 2012, repatrió o retuvo a sólo 2 mil 481 científicos durante los últimos once años, según información del propio consejo.