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Vive España huelga general

Ana Anabitarte Corresponsal| El Universal
Viernes 30 de marzo de 2012
Vive Espaa huelga general

VIOLENCIA. Un activista se dispone a lanzar un objeto contra una cafetería en llamas en Barcelona. (Foto: MANU FERNÁNDEZ / AP )

En protesta contra la aprobación de la reforma laboral, cientos de miles de personas se manifestaron en las principales ciudades españolas y dieron al gobierno un plazo que termina el 1 de mayo "para que rectifique". La reforma es imparable, respondió el Ministerio de Empleo

MADRID.— Cientos de miles de personas se manifestaron ayer en las calles de más de un centenar de ciudades y pueblos españoles como punto final a una jornada de huelga general, convocada en protesta por la reforma laboral aprobada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, del Partido Popular (PP). El de ayer fue el primer paro al que se enfrentó el presidente del Ejecutivo, apenas tres meses después de haber formado gobierno, y luego de haber ganado el pasado domingo las elecciones en Andalucía (la comunidad autónoma más grande del país) pero, contra todo pronóstico, sin lograr la mayoría absoluta necesaria para gobernar.

“Yo voté al PP en las elecciones generales y me siento engañado”, decía Rubén, un hombre de 50 años durante la manifestación en Madrid a la que según los sindicatos acudieron más de un millón de personas (y sin cifras de la policía). “Dijeron que no iban a subir los impuestos y los han subido y gracias a esta reforma laboral me han despedido argumentando que la empresa tiene pérdidas”, denunciaba visiblemente emocionado.

“Yo no he podido hacer huelga porque trabajo en el supermercado Carrefour y nos han amenazado con despedirnos, pero sí he querido venir a la manifestación porque esta reforma supone un recorte a los derechos de los trabajadores 10 años hacia atrás”, aseguraba César mientras a su alrededor miles de personas coreaban al unísono: “Mariano, no llegas al verano” y “Esta reforma la vamos a parar”. “Yo sí he hecho la huelga y estoy aquí para defender los derechos de mis hijos”, contaba Pilar sujetando una bandera de Izquierda Unida (comunistas y republicanos).

“Nos ha costado mucho esfuerzo conseguirlos y ahora nos los han quitado de golpe”, añadía. “A mí la reforma laboral me parece un escándalo”, explicaba Jaime, un joven de 24 años recién licenciado en Filosofía y sin trabajo. “Ahora te pueden despedir y sólo te dan 33 días por año trabajado en lugar de 45, y basta con que la empresa lleve más de nueve meses con menos ingresos para que te echen”, añadía mostrando orgulloso un cartel en el que se leía “rebelión contra la esclavitud”. “Esto es un escándalo, manos arriba”, coreaban miles de personas ondeando banderas de los principales sindicatos del país: el socialista Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO), y algunos de ellos con máscaras luciendo la cara de Rajoy.

En la cabecera de la manifestación los líderes de estos dos sindicatos, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, portaban una enorme pancarta con el lema “Quieren acabar con todo”. “Esta huelga ha sido un éxito. La estrategia del miedo ha fracasado”, decían a su llegada a la Puerta del Sol, final del trayecto. “Damos de plazo hasta el 1 de mayo al gobierno para que rectifique, si no continuaremos con las movilizaciones”. Sin embargo, el día anterior el propio Rajoy había advertido que fuera cual fuera el resultado de la huelga, la reforma no se modificaría en nada.

También en otras ciudades como Barcelona, Palma de Mallorca, Vigo, Valencia, Sevilla, Granada y Oviedo se celebraron multitudinarias manifestaciones en un ambiente festivo y sin incidentes. Tan sólo en la ciudad catalana, donde según los sindicatos se manifestaron 800 mil personas y según la policía 80 mil, se produjeron enfrentamientos con la policía que lanzó máscaras antigás y gases lacrimógenos para evitar que varios grupos de jóvenes violentos quemaran entidades bancarias, cafeterías, comercios y el edificio de la Bolsa. Un total de 176 personas fueron detenidas y 104 resultaron heridas.

Por sectores, la huelga tuvo un resultado desigual. Los sectores que más secundaron la huelga fueron el de la industria, la educación, el transporte público, que secundó el paro pero respetando los servicios mínimos (por lo que hubo muchos menos trenes y autobuses circulando por la ciudad), y la limpieza. Los que menos secundaron el paro fueron la banca, el sector sanitario, el comercio y las administraciones públicas.



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