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En las últimas dos décadas, la producción de literatura infantil y juvenil en México se ha incrementado notablemente; de ser un porcentaje mínimo hace 30 años, en 2009 representó 15% de la producción editorial nacional total, que más o menos se mantiene; superado sólo por la edición de libros de texto gratuitos.

Y aunque se trata de un sector de la industria editorial que ha repuntado mucho y bien, apenas representa 5% del ingreso total de facturación de la industria, esto según el reporte 2010 de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), que presentará el 30 de noviembre en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

El presidente de la Caniem, Victórico Albores, citó el caso de 2008, cuando, dijo, el total de la producción de libros infantiles y juveniles fue de 1%, que corresponde a más de 17.5 millones de ejemplares y que de ese total, más de 7.5 millones de ejemplares fueron libros para el programa de Bibliotecas de Aula y Escolares.

Albores dijo que desde hace 15 años la producción editorial para niños y jóvenes ha crecido, que la industria privada se ha visto alentada para invertir en el sector y que definitivamente es el futuro destinatario de la industria editorial.

Con ese panorama, se desarrolla desde ayer la Feria Internacional del Libro Infantil y juvenil, que este año celebra tres décadas de vida, convertida en una oferta fundamental para los lectores infantiles y juveniles y que en esta ocasión ofrece más de 30 mil títulos de 380 fondos editoriales.

Y también se ha publicado la antología poética Los días que no se nombran, de José Emilio Pacheco, que es la edición conmemorativa que este año publica la Asociación Nacional del Libro, que preside Francisco Flores, y que edita desde 1980 un libro especial para festejar cada 12 de noviembre, el Día Nacional del Libro.

La situación del sector

Aunque se trata de una literatura que tiene buen número de consumidores, las ventas de libros para niños y jóvenes no viven su mejor momento, ni hay comparación con los primeros años del programa de Bibliotecas Escolares y Bibliotecas de Aula, cuando la Secretaría de Educación Pública adquirió hasta 500 millones de pesos en libros infantiles y juveniles.

Albores afirma que desde hace más de 20 años muchas editoriales se han ido especializando en libros infantiles, eso, sumado a que el Conaculta ha promovido muchos temas entre niños y jóvenes y a que las escuelas han hecho su parte, se ha ido incrementando el número de lectores de ese sector.

“Eso ha permitido ver el crecimiento que tenemos en la producción y en la comercialización de los libros donde han sido fundamentales las Bibliotecas de Aula y Bibliotecas Escolares, pero es de lamentar que el gobierno no haya continuado con ese apoyo como lo venía haciendo, las ventas se han caído de manera sustancial”, señala Albores.

Y es que en 2004 y 2005, las compras estaban en cerca de 500 millones de pesos y ahora, la SEP apenas adquiere unos 100 millones de pesos. “Creo que deberíamos revisar los estándares nacionales, tenemos que revisar los estándares de niño por alumno en el aula y libro por alumno en la escuela”.

El problema no es menor, en realidad es grave, pues se trata de un programa sujeto al presupuesto de la SEP y si la secretaría tiene otras tareas más urgentes, pues si no puede no invierte.

“No tenemos un presupuesto regular asignado por el Congreso. Yo propuse que el presupuesto de las bibliotecas lo revisará la SEP y dijera cuáles son los estándares que hay que cubrir y ver cuál es su plan a 10 años y buscar que este presupuesto estuviera regularizado en el Congreso. De lo contrario está sujeto a altas y bajas”.

Por esa razón, a finales de 2010, la Caniem presentó ante el Consejo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura un estudio sobre los estándares que plantea la UNESCO y datos sobre los estándares en países de la OCDE.

El objetivo común

En el Día Nacional del Libro, que se festeja desde 1979 en México por mandato presidencial, se publica una edición especial de una obra o antología mexicana para regalar y como una manera de fomentar la lectura en un país que según la única Encuesta Nacional de Lectura, realizada en 2005, los mexicanos leen 2.9 libros en promedio, al año.

Francisco Flores, presidente de la Asociación Nacional del Libro, asegura que la edición conmemorativa es la manera en que participan los integrantes de la cadena productiva del libro para celebrar el Día Nacional del Libro, justo el 12 de noviembre, día del nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz.

“Desde hace 32 años, por decreto presidencial, se celebra elDía del Libro y nosotros hacemos esta publicación con el fin de que los editores lo compremos y regalemos a nuestros a nuestros clientes, amigos o colaboradores. Es un ejemplar esperado, esta ocasión publicamos Los días que no se nombran, una selección de poemas de José Emilio Pacheco, que publicó en libros y revistas entre 1985 y 2009”, señala Flores.

El titular de la ANL asegura que este es el volumen 32 de la colección conmemorativa del Día Nacional del Libro, del que se tiran 50 mil ejemplares, que sumadas las 32 ediciones, representan 3 millones 100 mil ejemplares de 32 volúmenes publicados en 32 años.

Otra de las iniciativas para fomentar la lectura en el marco del Día Nacional del Libro es la Feria Internacional del Libro Infantil y juvenil, que este año llega a 31 años de vida ofertando 30 mil títulos de 380 fondos editoriales, mil 350 sesiones de talleres de fomento a la lectura y 88 actividades artísticas y culturales; feria que se realiza desde hoy y hasta el 21 de noviembre.

Ala FILIJ se suman las actividades de Un paseo por los libros, la Librería de librerías de un kilómetro cuadrado, que se estableció hace 14 años en el pasaje Zócalo-Pino Suárez, del Metro.

Nidia Torruco, directora general de Un paseo por los libros, dice que los niños son muy buenos lectores y con sus padres, buenos compradores; sin embargo reconoce que las ventas principales tienen que ver con libro de superación y autoayuda.

Asegura que Un paseo de los libros se ha convertido en el centro de distribución más grande de libros y de distribución de libros de Argentina, Colombia, España y Chile, un espacio que está dirigido por los editores y que es singular porque cada librería distribuye su fondo editorial de manera directa.

Ese espacio, que el año pasado alcanzó ventas de 448 mil 960 ejemplares -que representa una facturación superior a los 45 millones de pesos-, también oferta libros para niños y jóvenes y conmemora el Día Nacional del Libro con un amplio programa de actividades, donde también se regalan ejemplares de Los días que no se nombran, la selección de poemas 1985/2009.